La emperatriz Carlota pasó años llenos de tormento en México siendo la única princesa europea intentando gobernar en tierra azteca, pero no toda su experiencia en el país fue mala, hubo una época en la que se dedicó a disfrutar de los mejores paisajes del territorio, uno de sus lugares favoritos se encuentra en Cuernavaca.
Cuando la pareja imperial llegó al país, buscaron las mejores opciones para pasar sus vacaciones, por lo que eligieron un jardín que se acercara al entorno europeo al que estaban acostumbrados, lo hallaron en Morelos.
Fue el Jardín Borda el que eligieron como su casa de veraneo, pues era una gran construcción que se adaptaba a lo que ellos buscaban para su privacidad y, además, parte de su arquitectura estaba influenciada en los famosos jardines de Europa.
Este lugar lo compraron o alquilaron a mediados del siglo XIX, aproximadamente en el año 1866, cuando ambos quedaron asombrados por la casa, el jardín y el lago que hasta hoy tiene. Además, les gustaba gozar de lo alejado que estaba de la demás gente y el clima era según lo que buscaban, pues antes de llegar a Cuernavaca, solían ir hasta Veracruz por el calor.
Maximiliano en sus cartas a la baroneza Binzer escribió que este jardín era de los lugares más hermosos que había encontrado en México, lo que constata lo mucho que a él y a Carlota les gustaba estar ahí.
Supuestamente, el tiempo que Carlota no estaba en el Castillo de Chapultepec, disfrutaba del Jardín Borda, que por años fue privado. Entre las cosas que ella más disfrutaba estaba pasear entre las plantas y sobre el lago, a veces acompañada de su esposo.
Antes de que los emperadores utilizaran el jardín como su casa de vacaciones, perteneció a José de la Borda, un minero que vivía en Zacatecas, pero que también pensaba que Cuernavaca era el mejor lugar para descansar.
José de la Borda nació en Francia, por ello que buscó replicar los jardines de su país en la entonces Nueva España, a la que llegó alrededor de 1717, cuando sólo tenía 17 años. Se dedicó a trabajar en la minería, por ello que rápidamente se enriqueció en Taxco y Zacatecas.
Siendo un hombre acaudalado, José de la Borda mandó erigir varias construcciones que hasta hoy se conservan: la Casa Borda en Taxco, la Casa Borda en la Ciudad de México (que es la que se encuentra en peores condiciones), el Templo de Santa Prisca en Taxco y el Jardín Borda en Cuernavaca.
A su muerte, se volvió un jardín recreativo y fue llenado de una gran diversidad de plantas, pero volvió a ser cerrado cuando Carlota y Maximiliano lo eligieron como su segunda casa, convirtiéndose en el Palacio Real.
Este lugar estaba disponible sólo para personajes importantes, como lo fueron los emperadores, así como Porfirio Díaz, Emilio Zapata, entre otros, según el sitio del Jardín.
Este lugar dejó de ser una propiedad privada y exclusiva cuando se decidió que fuera un centro de recreación para todo el público. Actualmente es un centro cultural y museo y el acceso es para todos.
El Jardín Borda se ubica en la Avenida José María Morelos 271, colonia Cuernavaca Centro. Su horario es de 10:00 a 17:30 horas de martes a domingo, pero en ocasiones lo mantienen cerrado por varias semanas por remodelaciones. El precio de la entrada es de 30 pesos mexicanos.
Hoy, además de poder ver el lago, las fuentes y la casa donde se hospedaba Carlota y Maximiliano, se pueden presenciar eventos culturales y exposiciones de arte.