El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) no tiene tiempo para las cosas verdaderamente importantes, como lo fue el huracán Otis, que tocó tierra el pasado miércoles por la madrugada en Acapulco, Guerrero, y que a su paso dejó un verdadero desastre y 27 personas sin vida.
Sin embargo para el jugueteo político, las venganzas personales, la contienda electoral, una lluvia de ocurrencias o decir frases pegajosas, es el mejor. Así lo asegura el periodista Carlos Loret de Mola en su columna Historias de reportero de este jueves, titulada México no tiene presidente para las cosas importantes.
El periodista recuerda que la mañanera del pasado martes tuvo una duración de 2 horas con 40 minutos, o sea, bastante tiempo. En ella, el mandatario nacional no fue capaz de dedicar unos segundos a advertir a la población de Guerrero sobre lo que el Servicio Meteorológico Nacional llevaba días pronosticando: el fuerte impacto del huracán Otis.
Y es que, asegura Loret, AMLO está distraído en toda clase de venganzas personales, pues incluso el martes confesó que seguía dolido con la Suprema Corte porque avalaron su desafuero hace 18 años, y le exigía una explicación. “Mientras se distrae, la realidad agobia al pueblo que dice encarnar. Mientras divaga mañana a mañana, la violencia ahoga y la lluvia también”.
Explica que ver a AMLO atorado en una carretera, hecho que sucedió el miércoles, es un grotesco espectáculo demagógico, pues en diversas ocasiones ha señalado que él es el Comandante Supremo de la Fuerzas Armadas, y se pregunta si ninguno de sus 300 mil soldados le avisó que la carretera estaba bloqueada, o que no estaba disponible ninguno de los helicópteros de alta tecnología súper equipados para sortear las peores tempestades, los Black Hawk o los Puma, que utiliza los fines de semana para supervisar el Tren Maya o la refinería de Dos Bocas.
Se pregunta si no estaba disponible ninguna de las aeronaves de guerra de la Fuerza Aérea Mexicana que sin problema pueden llegar a la zona afectada, o si realmente no quiso llegar, “¿O quiso con ese show de la autopista bloqueada y el jeep atascado justificar su retardo, su desidia, su inacción?”.
Entre otras cosas, se pregunta por qué desde un día antes, el gabinete de seguridad no durmió en la zona donde se sabía que venía el huracán, o por qué no se dedicó un largo tiempo del mensaje presidencial a advertir a la gente que vendría, “¿Dónde está la prevención? ¿Dónde está el Presidente cuando realmente se le necesita?”.
Concluye asegurando que AMLO y su gobierno están distraídos, y eso tiene costos para la población.