“Entre sombras y delirios”: todo sobre el ciclo de cine clásico de terror para conmemorar el Día de Muertos en CDMX

El cine de terror se apoderará de la Ciudad de México para que los capitalinos disfruten a lo grande del ambiente terrorífico que se respira en fechas de Día de Muertos. Es bien sabido que el género de terror ha sido uno de los más productivos y explotado.

En conmemoración a la fecha en la que recordamos a nuestros difuntos y celebramos nuestras tradiciones, el Fideicomiso PROCINECDMX, con el apoyo del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) y la Filmoteca de la UNAM, ha preparado un ciclo especial titulado “Entre sombras y delirios” en diversos espacios de exhibición del programa “Cine en la ciudad” y lúgubres proyecciones entre tumbas que se llevarán a cabo en algunos de los panteones más antiguos de la capital, como el Panteón Civil de Dolores y el Museo Panteón de San Fernando.

Con el objetivo de llevar a la ciudadanía producciones representativas de nuestra cultura y homenajear el legado de sus directores, distinguidos exponentes de este género.

Del 26 de octubre al 5 de noviembre se exhibirán tres icónicas películas del cine nacional: Veneno para las hadas (1986), Dos monjes (1934) y el Esqueleto de la señora Morales (1960).

En la década de los treinta abundaron las películas de terror en el naciente Hollywood, una influencia que llegó hasta México. En ese entonces el país se enfocaba únicamente a melodramas y comedias rancheras. No obstante, una vez los temas fueron repetitivos, los productores enfrentaron nuevos desafíos.

Este género, comenzó a tomar relevancia en los años cincuenta y sesenta, pues para atraer a la audiencia se realizaron producciones de filmes de horror. Lo que dio como resultado un amplio catálogo de producciones mexicanas que han marcado la industria del cine a lo largo de la historia. Entre los directores mexicanos de aquella época que destacan se encuentra Fernando Méndez, Carlos Enríquez Taboada, Juan Bustillo de Oro, Juan López Moctezuma, por mencionar solo algunos.

Sin embargo, con el horror los cineastas pudieron explorar más allá del terror, pues tocaron temas como los juicios morales, la realidad y la sociedad. Asimismo, el culto a la muerte en México fue de gran influencia para las películas, las cuales estuvieron marcadas con rasgos propios del cine fantástico y de terror.

En las que se retrataron espectáculos populares, como la lucha libre con las tradiciones míticas y ancestrales, tanto nacionales (el mito de “La llorona”) como universales (Drácula, Frankenstein y el hombre lobo, entre otras), estableciendo un factor de diferenciación frente a otras producciones extranjeras de géneros afines.