El descaro con el que Óscar García Guzmán hacía pública en redes sociales su responsabilidad en crueles delitos fue lo que lo puso en la mira de las autoridades y los medios de comunicación. La Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) inició su búsqueda en octubre de 2019 y ofrecía hasta 300 mil pesos por información sobre su paradero.
La captura de este asesino serial, apodado erróneamente como “El Monstruo de Toluca”, fue posible gracias a la colaboración de la activista Frida Guerrera, quien captó la atención del criminal y sostuvo diversas conversaciones con él.
Durante semanas, entre ofensas y alardeos, García Guzmán confesó detalles de las atrocidades que cometió. Paralelamente, las autoridades hicieron un seguimiento telefónico y, finalmente, dieron con su ubicación el 6 de diciembre de 2019 en la Avenida de los Maestros, colonia Casco de Santo Tomás, en la Ciudad de México.
Casi cuatro años después, la FGJEM obtuvo una condena acumulada de 335 años de cárcel contra García Guzmán por su participación en cuatro feminicidios, un homicidio, una desaparición y una violación.
Las víctimas de García Guzmán
De acuerdo con las investigaciones, la primera víctima del “Monstruo de Toluca” fue su propio padre, a quien privó de la vida en 2006, cuando Óscar tenía 16 años.
Esto se dio a conocer durante una llamada telefónica que el feminicida sostuvo con su madre luego de haber sido detenido. En la grabación, a la cual tuvo acceso el periodista Hécto de Mauleón, se puede escuchar a Óscar decir “Yo maté a papá”. Cabe señalar que este crimen no está contemplado en las siete sentencias que el sujeto acumula a la fecha.
Seis años después de aquel suceso, García Guzmán asesinó a Mónica Chávez Cuate. El 30 de septiembre de 2012, tras días de tortura, acabó con su vida y abandonó su cuerpo en Huixquilucan, donde fue localizado el 1 de octubre. Días antes —el 9 de septiembre— Óscar había asfixiado y mutilado al papá de la joven, Tomás Chávez, en su propia casa.
Adriana González Hernández era compañera de Óscar en la Facultad de Psicología de la Universidad de Insurgentes de Toluca. Tenía 27 años de edad cuando fue reportada como desaparecida el 24 de marzo de 2017. Según los mensajes que Óscar intercambió con Frida Guerrera, a Adriana la asesinó en febrero de 2018.
“Él las cazaba. Seleccionaba a estas chicas y las cazaba. A mí me parece que también tenía alucinaciones”, comentó la activista a BBC en 2020.
Martha Patricia Nava Sotelo estudiaba Criminología en la misma universidad a la que asistía el asesino serial. Su desaparición fue reportada el 9 de febrero de 2019 y, de acuerdo con las conversaciones vía chat, Óscar la mató ese mismo mes.
Meses más tarde, en octubre de 2019, la FGJ emitió un boletín de búsqueda por Jessica Guadalupe Jaramillo Orihuela, quien había sido compañera de escuela de Óscar García en la Universidad Tecnológica.
La familia de Jessica decidió cambiarla de institución educativa debido a que el feminicida la acosaba. El 24 de octubre del año referido, Jessica acudió a la universidad pero no volvió a casa y dejó de responder las llamadas de su familia.
Sus seres cercanos sospecharon de inmediato de Óscar y montaron rondines de vigilancia fuera de su domicilio, en la colonia Villas Santín.
Solicitaron en repetidas ocasiones que un juez autorizara una orden de cateo al inmueble, pero esta llegó a destiempo. El 1 de noviembre, las autoridades hallaron el cuerpo de Jessica al interior de la casa, así como el de Martha y el de Adriana. Para ese entonces ya habían pasado cuatro días desde que el mal llamado “monstruo” se adjudicó los feminicidios en Facebook.