“Súbditos y no ciudadanos: la democracia que no queremos”: Dra. Miluska Orbegoso Silva

OPINIÓN: La Profesora investigadora de la Facultad de Derecho de la UP considera que tenemos la obligación como ciudadanos de informarnos e investigar al candidato que vamos a elegir y que va a tomar las riendas de nuestro futuro

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Miluska Orbegoso Silva, profesora investigadora
Miluska Orbegoso Silva, profesora investigadora de la Facultad de Derecho de la Universidad Panamericana Foto: (Cortesía)

Hoy en día es muy común escuchar a muchas personas quejarse del gobierno, criticar a presidentes, legisladores, funcionarios públicos, jueces, entre otros. Pero también resulta muy común olvidar que nosotros fuimos quienes los elegimos (y que ellos a su vez eligieron a otros) y que la responsabilidad de esa toma de decisiones recae en cada uno de nosotros, particularmente en los países que tienen una forma de gobierno democrática.

Desde el mundo jurídico o mundo del Derecho, en especial, en el ambiente universitario y de la investigación es muy fácil dar significado a la palabra democracia. Usualmente, se inicia con un análisis etimológico o de origen del término, para poder definirla como “el poder del pueblo”, pues el término “demos” significa pueblo y “Kratos”, poder. Sin embargo, con ello no logramos verdaderamente descifrar su contenido y mucho menos lo que significa para la población.

La democracia es una forma de gobierno pues describe la manera en que se organiza el poder del Estado. Esto significa que todos los ciudadanos de un país que tienen derecho a votar, eligen a aquellas personas que van a dirigir el país por los próximos cuatro, cinco, seis años, dependiendo de lo que señale la Constitución.

Este acto de elección que parece muy sencillo trae consecuencias importantes. El rumbo del país depende del plan de gobierno que haya trasado el presidente electo; las leyes que se creen dependen de la filosofía o entendimiento político que tenga el legislador elegido; y los jueces de los más altos tribunales (que suelen ser propuestos por el Poder Ejecutivo y aprobados por el Poder legislativo) resolverán los casos desde lo que su justo entender -muchas veces personal- les dicte. Es decir, que el acto de votar o elegir es una de las acciones más importantes que podemos realizar en la vida.

Los actos que atenten contra
Los actos que atenten contra el proceso electoral o las características del voto son considerados delitos. (CRISANTA ESPINOSA AGUILAR /CUARTOSCURO)

Pero ello no es todo, pues en los sistemas de elección por voto de la mayoría, en los sistemas democráticos, los elegidos están sometidos a lo que se llama mandato representativo y no a un mandato imperativo. Esto significa que el elegido no recibe órdenes de sus electores, sino que, toma las decisiones libremente, se entiende, en beneficio de sus electores. Ello, sin lugar a duda causa perplejidad, pero es así como funciona usualmente la toma de decisiones en un sistema democrático pues sería impensable, oneroso y poco práctico que todo representante del pueblo deba tomar la opinión de sus electores a cada momento.

Se trata de una especia de “carta en blanco” en la cual, cedemos el poder de manera temporal, esto es, por el tiempo que señala la Constitución, durante el cual debemos confiar en nuestro elegido. Naturalmente, esta “carta en blanco” se encuentra limitada por lo que digan las leyes en general y en particular, lo prohibido por ellas.

Las elecciones de Coahuila y
Las elecciones de Coahuila y el Edomex del 4 de junio marcarán un importante precedente para las presidenciales del 2024. (Cuartoscuro)

Este cuento, que más bien parece historia de terror, debería servir para que todos como ciudadanos nos tomemos muy en serio el voto. Tenemos la obligación como ciudadanos de informarnos, investigar, ponderar respecto del candidato que vamos a elegir y que va a tomar las riendas de nuestro futuro y en concreto, que quizá tomará las más importantes decisiones que afecten nuestra vida y la de nuestras familias.

La democracia en la que vivimos, como forma de organizar el poder del Estado, está en crisis desde hace muchos años especialmente en América Latina. Repensarla y entenderla puede ser la verdadera solución a tantos problemas que hoy en día vivimos. En ese sentido, tomar conciencia del poder que tenemos como ciudadanos de un país, puede ser la llave que abra la puerta para un mejor futuro para todos.

Finalización de la jornada electoral
Finalización de la jornada electoral en alcaldía Álvaro Obregón. Ciudad de México, junio 6, 2021. Foto: Karina Hernández / Infobae

Decía Alexis de Tocqueville (1), que cuando una sociedad ha llegado a tal punto que sólo se queja y no hace nada por remediar la situación, en ella, sólo se ven súbditos y ya no ciudadanos. Que cuando esta situación se presenta, esa sociedad debería desaparecer. Quizá palabras muy duras pero que verdaderamente reflejan a la sociedad en que hoy vivimos. No debemos olvidar nunca que la responsabilidad es nuestra y que al elegir a nuestras autoridades debemos hacerlo como ciudadanos y no como súbditos.

(1) TOCQUEVILLE, Alexis, La democracia en América, edición de Orbis, 1985.

- GARRORENA MORALES, Ángel, El Estado español como Estado Social y Democrático de Derecho¸ Universidad de Murcia, Murcia, 1980.

- GARCÍA PELAYO, Manuel, Derecho Constitucional Comparado, Revista de occidente, Madrid, 1951GARRORENA MORALES, Ángel, “Estado Democrático” en ARAGÓN REYES, Manuel (Dir.), Temas básicos de Derecho Constitucional, Tomo I, Civitas – Thomson Reuters, Madrid, 2011, ps. 124-125.

- ARAGÓN REYES, Manuel (Dir.), Temas básicos de Derecho Constitucional, Tomo I, Civitas –

Profesora investigadora de la Facultad de Derecho de la Universidad Panamericana. Doctora en Derecho por la Universidad de Navarra. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores de México y miembro de la Asociación Peruana de Derecho Constitucional. Redes sociales: X (antes Twitter): @MiluskaOrbegoso LinkedIn: Miluska Orbegoso Silva

Es profesora investigadora de tiempo completo de la Facultad de Derecho de la Universidad Panamericana, campus Mixcoac. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores de México Nivel I y miembro de la Asociación Peruana de Derecho Constitucional. Su área de especialidad es el Derecho Constitucional.

Es Licenciada en Derecho por la Universidad de Piura. Maestra en Derecho de la Globalización y la Integración Social por la Universidad de Navarra, España; ha realizado una estancia de investigación sobre el Estado Social y la Administración Pública Prestadora en la Universidad de Münster, en Münster, Alemania; y es Doctora en Derecho por la Universidad de Navarra, España con la tesis titulada “La protección de los derechos fundamentales en las prestaciones sociales: relevancia de la organización y el procedimiento”.

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