El nombre de Carlos Romero Deschamps, exlíder del Sindicato de Trabajadores de Petróleos Mexicanos (STPRM) que murió este jueves 19 de octubre, se volvió sinónimo de corrupción y opacidad al hablar de la política en México.
Carlos Antonio Romero Deschamps tomó las riendas del STPRM en 1993 y estuvo ahí hasta que presentó su renuncia el 16 de octubre de 2019. En esos 26 años el político se hizo de un gran patrimonio, recursos y poder, y fue así como pudo conducirse y sobrevivir durante los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Partido Acción Nacional (PAN) y Movimiento Regeneración Nacional (Morena), manteniéndose como un intocable pese a ser señalado por ser protagonista de escándalos.
Protagonista de diversas polémicas, este personaje priista “de hueso colorado” es recordado principalmente por su papel en el llamado “Pemexgate”.
Este escándalo político descubierto y denunciado a principios del sexenio del presidente panista Vicente Fox Quesada puso sobre el ojo del huracán al líder petrolero, quien fue señalado de desviar millones de pesos de los recursos de los trabajadores de Pemex a una campaña electoral.
Qué pasó en el Pemexgate
Ocurrido en 2001, el Pemexgate consistió en un desvío millonario de fondos del sindicato petrolero, cuyo dinero fue a parar a la campaña presidencial de Francisco Labastida, candidato del PRI en las elecciones del 2000.
Romero Deschamps apenas llevaba siete años como líder del sindicato, pero lo conocía bien porque tenía actividades en el STPRM desde 1971. Esta situación lo llevó a escalar rápidamente y a hacerse de gran poder financiero.
Una investigación periodística reveló en el 2001 que los fondos provenientes del Sindicato de Pemex habían sido usados para solventar la campaña del priista, que se enfrentaba a Cuauhtémoc Cárdenas y a Vicente Fox, éste último quien resultó electo.
De acuerdo con la investigación, fue por orden del entonces presidente Ernesto Zedillo que el entonces directo de Pemex, Rogelio Montemayor, hizo un convenio con el secretario general y el tesorero del sindicato para que éstos entregaran en varias exhibiciones hasta 1,100 millones de pesos a la Secretaría de Finanzas del partido tricolor.
Por dicho desfalco, Romero Deschamps fue acusado y llevado a proceso penal, por supuestamente haber entregado 500 millones de pesos. No obstante, el proceso fue suspendido en el 2006 y finiquitado en el 2011.
Al PRI, además, se le impuso una multa equivalente a mil millones de pesos en el año 2003, pero ninguno de los involucrados fue juzgado.
Tras el escándalo, Francisco Labastida quedó en segundo lugar de la elección, llevando al PRI por primera vez en su historia a la pérdida de una elección presidencial desde su creación.
En los últimos años, instituciones como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la Alianza Nacional Democrática de Trabajadores Petroleros, la Gran Alianza Nacional Petrolera, la Unión Nacional para el Desarrollo Social de Trabajadores de la Industria Petrolera y el movimiento Petroleros Activos en Evolución por un México Nuevo, presentaron denuncias ante diversas autoridades por múltiples delitos, sin embargo, éstas nunca prosperaron, obteniendo así la impunidad en la era de los panistas Vicente Fox, Felipe Calderón; el priista Enrique Peña Nieto, a quien le impulsó la reforma energética; y el morenista Andrés Manuel López Obrador.