El padre Filiberto Velázquez Florencio, director del Centro “Minerva Bello”, fue advertido horas antes de sufrir el atentado en su contra la madrugada del 18 de octubre, luego de salir de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” en Guerrero.
En entrevista con Infobae México, el director del Centro de Derechos Humanos aseguró que no había recibido amenazas de muerte, pero si le hacían llegar otros mensajes a través de WhatsApp.
“Nunca me han amenazado que te vamos a matar, pero sí como que había mensajes de ya sabemos que estás haciendo o porque estás trabajando y ayudando en tal lugar”, dijo en entrevista.
Agregó que estos mensajes de alguna manera los asociaban con un grupo o el otro, dependiendo en qué lugar se encontraban por el hecho de hacer las denuncias de los actos violentos.
“El mismo día me habló una persona, no voy a decir su profesión, pero pues cercana a mí; me habló preocupándose por mí y diciéndome que me cuidara, (y me ofreció) acercarme a un grupo (criminal) para que estuviera protegido”, explicó a esta casa editorial.
Aseguró que le preguntó si sabía algo por el cuál le estaban haciendo “la invitación” ya que le causó extrañeza la llamada, pero no le mencionaron algo al respecto, por lo que afirmó que posiblemente le advirtieron del atentado en su contra horas más tarde.
El sacerdote Filiberto Velázquez, que ha denunciado públicamente los ataques con drones en distintas comunidades de Guerrero bajo el contexto de pugna entre La Familia Michoacana y Los Tlacos desde el pasado mes de mayo hasta la fecha, se encuentra en el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, mismo que fue auxiliado varios minutos después del atentado.
Al ser cuestionado si los sicarios, que viajaban en una motocicleta y que le dispararon en dos ocasiones, uno en el parabrisas —del lado del conductor— y otro en una llanta, lo pudieron haber confundido con otra persona, el sacerdote aseguró que su vehículo tiene algo muy distintivo que es difícil que lo confundan a simple vista.
Velázquez Florencio aseguró que el mecanismo nacional y estatal le ofrecieron sacarlo de Guerrero y llevarlo a otra entidad para que pueda ejercer su profesión, pero lo rechazó.
“No lo voy hacer. Siento que el hecho de permanecer aquí (en Guerrero) es un acto de solidaridad con los que aquí viven en esta realidad y pues (mi decisión) abrió que eventualmente me aumenten las medidas de seguridad”, explicó.
Por estos hechos, la Diócesis de Chilpancingo y Chilapa condenaron el atentado contra el padre Filiberto.
“Nuestra más firme condena a la violencia contraria a la voluntad de Dios y a la enseñanza de la Iglesia que altera la convivencia pacífica deseada por la inmensa mayoría de la población y que perturba profundamente la vida social. (...) Desde la Diócesis de Chilpancingo - Chilapa se agradece su colaboración a las autoridades a la espera de que estos hechos se esclarezcan plenamente. Asimismo, solicitamos a las autoridades garanticen tanto la vida como la seguridad física y emocional del Padre Filiberto Velázquez Florencio”, se lee en el comunicado.
La iglesia hizo hincapié en que el padre Filiberto ha documentado desde el Centro “Minerva Bello” los casos de personas desaparecidas, ejecución extrajudicial, víctimas de desplazamiento forzado interno y otras graves violaciones a los derechos humanos “que desafortunadamente experimenta la sociedad guerrerense”.
Además de sus denuncias por los ataques con drones en distintas comunidades de Guerrero de los grupos del crimen organizado, que ha ocasionado la muerte de dos personas.