El reloj marcaba las 06:30 horas del 7 de octubre cuando las alarmas en el kibutz Kissufim comenzaron a sonar. Los bombardeos desatados por Hamas desde Gaza alertaron a la comunidad donde David Heiblum, un mexicano, tenía su casa.
Al celular de David llegó una serie de mensajes y videos que posteriormente llegaron a las redes sociales. Los miembros del grupo terrorista se habían infiltrado en los poblados, incluido el suyo.
“Eran muchos, muchos, cientos, ellos mismos se grabaron”, narró David en el testimonio en video al que Infobae México tuvo acceso por medio de la Embajada de Israel.
Temerosos de que fueran objetivo de alguna agresión, David y Daryelis Denises Sáez —su esposa— se refugiaron en el cuarto de seguridad de su hogar. Estas habitaciones son obligatorias en Israel para todas las edificaciones construidas después de 1992.
“Nos encerramos, nos quedamos sin comunicación, sin forma de decir que estábamos bien o pedir que nos ayudaran”. Debido al aislamiento al que se sometió con su esposa por más de dos días, David había sido contemplado en la lista de mexicanos desaparecidos tras los ataques de Hamas.
“Nos quedamos dos días, más de 48 horas encerrados hasta que entendimos que no había más disparos y salimos a buscar agua y comida”, agregó David.
Durante el tiempo que permanecieron en el búnker de su casa no tuvieron noticia alguna del exterior. Fue hasta que salieron del inmueble que se percataron de la magnitud de la tragedia.
El kibutz estaba desolado y la mayoría de los hogares habían quedado reducidos a escombros o, cuando menos, afectados en gran medida por los incendios.
“Vimos carros destrozados, cuerpos en la carretera. Nos enteramos de que muchos de nuestros seres cercanos ya estaban muertos”, narró Daryelis.
“Apenas estamos entendiendo el dolor, todas las amistades que conocemos que han fallecido y sus familiares que los han asesinado brutalmente, de la peor forma, cuando la gente está sola con sus familias, en su propia casa, donde uno se siente seguro, ¿quién se puede imaginar eso?”, expresó David con gran dolor.
Al final, el mexicano condenó las ofensivas de Hamas contra Israel y mandó un mensaje a las autoridades diplomáticas internacionales para que unan esfuerzos y puedan rescatar a las más de 200 personas que el grupo islamista tiene como rehenes.
“Antes de volver a nuestras casas debemos de estar seguros de que Hamas ya no existe”, sentenció el joven al final de su testimonio.