¿Por qué Moctezuma no podía entrar al Mictlán?

El Mictlán fue para los mexicas lo que hoy conocemos como el inframundo, aunque para ellos no era un lugar donde existiera el bien y el mal, sino a donde iban las almas después de la muerte del cuerpo.

Este espacio era tan importante que contaba con sus propios rituales para poder entrar, así como a su propio dios y custodios, por lo que pasar por la puerta no era algo que todos pudieran hacer.

Moctezuma II fue uno de los que se enfrentó a la negativa de entrar al más allá, pues él quería que su alma pudiera pasar sin problema al Mictlán, pero Huemac no lo permitió.

Según expertos, como Peter Johansson K de la UNAM, en el Códice Florentino y en el Códice Durán, la primera vez que el tlatoani intentó que entrar a Mictlán fue poco después de saber que Tenochtitlan iba a caer, acudió a la Cincalco, una cueva que se encuentra en Chapultepec.

Huemac fue el último gobernante de los toltecas y murió en Cincalco tras faltarle al respeto a los dioses.

En la cueva de Chapultepec, Moctezuma hizo lo posible por convencer a Huemac de dejarlo pasar al Mictlán, aparentemente con un ritual para quitarse la vida y hablándole a través de gente de baja estatura de la pena que lo embarga, pero fue rechazado y el emperador tuvo que volver a intentarlo después. Ya que los enviados no lograron su cometido, habrían sido apedreados como castigo.

Existen diferentes versiones sobre cómo el emperador habría llegado a la decisión de quitarse la vida, algunas lecturas del códice lo señalan como una persona arrogante que pensaba que podía desafiar a los dioses y pasar al más allá cuando él quisiera, otros apuntan a que en realidad habría estado asustado debido a los presagios de la caída de su imperio.

En la segunda expedición, Moctezuma fue acompañado de un ciego -que se consideraba que eran personas con capacidades superiores al resto de la gente-, éste insistió en que el tlatoani quería pasar al inframundo, pero Huemac nuevamente se negó y le pidió que disfrutara de los que tenía en el mundo terrenal.

Lo que apuntaría la leyenda es que el último gobernador de los toltecas había sufrido tanto en el Mictlán que quería que Moctezuma recapacitara y comprendiera que ahí sólo existía el tormento, que aún podía ser feliz en el mundo.

El ciego y las personas que lo acompañaban habrían sido ejecutadas al no lograr su tarea de convencer a Huemac.

Tras fallar en el primer y segundo intento, hubo un tercero, con el que finalmente habría logrado su acceso al Mictlán, pero con la condición de cumplir con algunos requisitos que le pidió.

Huemac aceptó dejar a Moctezuma porque sabía el destino que le deparaba, que era la caída de Tenochtitlan y su muerte, además de que creía que se lo merecía por no entender lo que le sucedería en el más allá y su soberbia. Pese a que ya le había augurado su final, le dijo que podría pasar si lograba tener 80 días de ayuno y penitencia.

Cuando pasaron los 80 días, el tlatoani regresó a Cincalco, pero Huemac le pidió cuatro días más para poder dejarle entrar a la cueva. Pasado el tiempo, Moctezuma volvió y estaba listo para quitarse la vida por ahorcamiento, pero no le fue posible cumplir con su cometido.

Existen diferentes versiones de la muerte de Moctezuma, una apunta a que habría sido asesinado por lo españoles, otra que el mismo pueblo lo habría a apedreado hasta su fin. También existe la teoría de que él se dejó morir.

Lo cierto es que hasta hoy es un misterio en dónde están sus restos, pues la incógnita de su muerte lleva a desconocer en dónde falleció.