En el último mes Los Chapitos iniciaron una batalla en contra de la fabricación, venta y tráfico de fentanilo; con el despliegue de lonas con su firma enfatizaron que “no son ni serán afines a ese negocio”. A tres semanas del primer mensaje, la advertencia que inició en Sinaloa produjo ecos en otros estados, Sonora, Baja California y Baja California Sur, donde se presume se tejen alianzas con otros cárteles, a saber, el de Caborca y el de los Arellano Félix.
El Triángulo Dorado de la droga, ubicado entre Sinaloa, Durango y Chihuahua, alguna vez volvió a su padre, Joaquín El Chapo Guzmán, en uno de los narcotraficantes más buscados por las autoridades; ahora, sus hijos apuestan por un nuevo triángulo pero dirigido hacia la frontera con Estados Unidos.
Y es que en las primeras lonas que aparecieron en Sinaloa para prohibir el tráfico de fentanilo, se acusó al gobierno federal de no perseguir a los verdaderos responsables de esta “epidemia”: “En Sinaloa queda estrictamente prohibido (...) Aténganse a las consecuencias”, se lee en uno de los mensajes.
Quienes no atendieron la advertencia de La Chapiza se enfrentaron a su poder. Al menos así lo considera el activista de derechos humanos Miguel Ángel Murillo, quien narró al The Wall Street Journal (WSJ) que 12 personas presuntamente vinculadas al tráfico de fentanilo fueron secuestrados por saltarse la orden de Los Chapitos.
Sin embargo, algunos grupos afines a los hijos del Chapo Guzmán respaldaron la iniciativa, entre ellos “Los Pelones”, uno de sus brazos armados que controlan los municipios de San Luis Río Colorado, Pitiquito, Sonoyta y algunas regiones de Caborca, Sonora.
Otros brazos armados que respaldaron la prohibición fueron Los Cazadores y Los Gorilas: el primero de ellos con operaciones en el municipio de Altar, vecino de Caborca; el segundo en San Luis Río Colorado, en la frontera con Mexicali, Baja California.
¿Alianzas con cárteles rivales?
Sin poder confirmar hasta dónde llegan las supuestas alianzas, organizaciones históricamente enfrentadas al Cártel de Sinaloa parecen tender lazos con la facción comandada por Los Chapitos.
El primero en respaldar la prohibición del tráfico de fentanilo fue el Cártel de Tijuana -también conocido como los Arellano Félix- y al estilo de los sinaloenses colgaron varias mantas para advertir que la prohibición al interior de su organización se expandirá a toda persona que trafique fentanilo: “Los perseguiremos y castigaremos”; enfatizaron que se trata de una “epidemia” que afecta a México y Estados Unidos. “Nos sumamos al esfuerzo del gobierno y a la iniciativa del CDS (Cártel de Sinaloa)”.
La lona de las remanencias de los Arellano Félix apareció 10 días después de la de Los Chapitos y cinco días más tarde “La Plaza”, ligada al Cártel de Caborca -fundado por Rafael Caro Quintero- extendió la prohibición a todos los municipios de Baja California Sur.
Bajo la firma de “La Plaza”, el grupo criminal recordó que la alianza con el CDS inició hace cinco años, específicamente con la facción de Los Chapitos: “ahora con esta epidemia nos volvemos a sumar para erradicar el fentanilo”.
Estas alianzas dibujan un triángulo que sigue las órdenes -al menos en materia de fentanilo- de Los Chapitos, el cual recorre los estados de Sinaloa, Baja California, Baja California Sur y Sonora, todo con la intención de que las autoridades pongan los ojos en el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), principal rival del CDS.
Los lazos que tejieron Los Chapitos también tienen como objetivo controlar dos de las principales rutas del tráfico de drogas a Estados Unidos: Tijuana, históricamente controlada por los Arellano Félix; y Caborca, en manos de la familia de Caro Quintero y que conecta a Sonora desde Guaymas a la ciudad fronteriza de Nogales.
Para recordar. Con los Arellano Félix, el CDS y el Chapo Guzmán mantuvieron una guerra que duró varios años y que culminó en la casi desaparición del cártel; mientras que con Caborca, La Chapiza intentó tomar el control de la región tras la caída de Caro Quintero, pero no han podido ganarle terreno a la familia del llamado “Narco de Narcos”.