La Fiscalía Especial de Personas Desaparecidas (FEPD) dio a conocer que realiza actos de investigación de gabinete y campo en el crematorio clandestino que fue hallado por el colectivo Madres Buscadoras de Jalisco, en la colonia Artesanos, en el municipio de Tlaquepaque.
La Fiscalía General del Estado informó a través de sus redes sociales que el predio aparentemente era utilizado como basurero, en donde se encontraron diversos restos óseos que actualmente están siendo recolectados y procesados por peritos especializados.
“En coordinación la #FEPD y el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses llevan a cabo diversos trabajos para determinar si estos son de origen humano”, informaron las autoridades.
Operaba desde hace un año
El domingo 15 de octubre el colectivo Madres Buscadoras de Jalisco realizó el hallazgo del horno crematorio clandestino; en el sitio se encontraron restos humanos que recientemente habían sido calcinados.
En una de las grabaciones se puede observar el momento en el que el colectivo encontró varios objetos en lo que parecía una pequeña cueva. Con la ayuda de artefactos trataron de inspeccionar el sitio y hasta aseguraron que todavía estaba caliente: “Todavía está encendido, este es el horno que le llaman crematorio. Todas esas manchitas blancas son pedazos de huesos. Lo dejan prendido por días. Nos dijeron que hace dos días lo habían encendido”, dijo Indira Navarro, líder del colectivo en dicho estado.
Entrevistada por El Occidental, la líder de las Madres Buscadoras de Jalisco señaló que el grado de calcinación en el que se encuentran los restos humanos va a dificultar la identificación, sin embargo, se mantiene la esperanza de que esto sea posible luego de que en el lugar también fueron halladas piezas dentales.
Índira Navarro también precisó que se calcula que pudieron haber sido más de 10 personas las calcinadas en dicho lugar, pues se calcula que el sitio operó por más de un año.
“Dicen que (operó) alrededor de un año, porque el año pasado a escasos metros, en la parte de arriba yo diría unos 10 metros, estaba como una finca de madera, y le llamaban ‘pozolero’, en el cual había unos botes grandes donde se echaban ácido, y nosotros alcanzamos a grabar unas escenas donde iban arrastrando como unos botes grandes”, narró la mujer al medio antes citado.
La madre buscadora también dijo que los vecinos de la zona ya habían denunciado los hechos, pero las autoridades hicieron caso omiso.
Según le dijeron los pobladores, los sicarios llegaban en camionetas o motocicletas y aventaban bolsas negras al sitio, presuntamente con los cuerpos. Cada que los delincuentes prendían el horno se podían ver llamaradas en la parte inferior del barranco.
Otros testimonios recolectados por el medio El Informador dieron una imagen aún más clara de este escenario de horror, pues añadieron que el olor que se desprendía era a cabello quemado. Asimismo, detallaron que a veces prendían el horno cada tercer día o cada semana: “Siempre huele bien feo, nada de que es leve, es muy intenso”, dijo.
Los colonos también acusaron que las propias autoridades tienen conocimiento de lo que pasa, pero están corrompidas y no hacen nada. En una situación contraria, dijo una vecina, “hasta los llevas al domicilio donde se esconden las personas”, dando a entender que las personas coludidas viven en la misma zona.
La mujer también dijo que es probable que en estos hechos también haya niños de entre 11 y 13 años involucrados, lo que dijo es “triste y peligroso”.