En la fotografía más famosa del Cártel de Tijuana, ella -Enedina Arellano Félix- figura a la derecha y abajo de la imagen; sonriente y elegante junto a sus cinco hermanos que entre las décadas de 1980 y 1990 construyeron uno de los imperios de la droga más grandes del país y que según la agencia de drogas estadounidense (DEA) estuvo cerca de su fin en 2008 con la detención de Eduardo Arellano Félix, el último de los cinco hombres que lideró al cártel.
Otra foto famosa de Enedina es la de su boda, pues como toda una socialité de Guadalajara, Jalisco, en las páginas de sociales de El Informador apareció una imagen de ella entallada en su vestido blanco: “confeccionado con organza y encaje rebordado, con su talle ajustado y peto largo, en V, cauda media y mangas ajustadas con aletillas de encajes”.
A pesar de los señalamientos de la DEA, se presume que la llamada “Narcomami” tomó el liderazgo del Cártel de Tijuana después de la cacería de cada uno de sus hermanos, ya sea por las autoridades mexicanas y norteamericanas o por los grupos rivales con los que rompieron después de la desintegración de La Federación o Cártel de Guadalajara.
El último de sus hermanos capturado fue Eduardo Arellano Félix, arrestado por las autoridades mexicanas en 2008 y extraditado a Estados Unidos cuatro años después, donde lo condenaron a 15 años de prisión. En ese entonces el agente de la DEA, William Sherman declaró que la sentencia “marcó el final de una era en la historia del Cártel de Tijuana”.
Sin embargo, se sabe que tras el arresto de Eduardo, Enedina Arellano Félix y su hijo Fernando Sánchez Arellano tomaron las riendas de la organización que alguna vez se dijo dueña de Tijuana; juntos continuaron la herencia de sus hermanos hasta el año 2014 cuando arrestaron a Fernando.
Después de la captura de su hijo es poco la información que se tiene de Enedina. Siempre manteniendo ese perfil bajo en el mundo del narcotráfico; aunque en materia de negocios se presentaba como una de las mujeres más poderosas de Guadalajara, gracias a sus múltiples negocios (farmacias y bienes raíces) con las que blanqueaba dinero para el Cártel de Tijuana, pues con su licenciatura en Contabilidad, era la encargada de las finanzas de la organización.
El ascenso de Enedina Arellano Félix
La caída del también llamado Cártel de los Arellano Félix coincidió con la primera fuga de prisión de Joaquín El Chapo Guzmán en 2001. Un año después Ramón -el menor de los hermanos- fue asesinado por hombres de Ismael El Mayo Zambada; y un mes más tarde arrestaron a quien fuera su principal líder, Benjamín.
Francisco Rafael Arellano Félix fue asesinado en 2013 por un hombre disfrazado de payaso; Francisco Javier enfrenta una condena en Estados Unidos que terminará en 2030; mientras que a Eduardo, después de cumplir su sentencia en EEUU en 2021, ahora enfrenta más cargos ante la justicia mexicana.
Mientras sus hermanos caían uno a uno, Enedina Arellano Félix mantuvo su perfil bajo, a pesar de la imagen que pintaron de ella en la serie de Netflix Narcos México, donde se le presenta como “la mano que mese la cuna”; la verdadera líder sigilosa que guiaba a sus hermanos cuando el Cártel de Tijuana era considerado como uno de los más poderosos del país.
Tras su pelea con el Chapo Guzmán y el Cártel de Sinaloa, se rumoró que el Cártel de Tijuana se dividió en dos facciones, una liderada por “El Ingeniero”, Fernando Sánchez Arellano; la otra bajo el mando del “Teo”. Según la organización Insight Crime, el “Teo” buscó una alianza con Sinaloa; en tanto, Enedina Arellano Félix y su hijo se habrían aliado con “Los Zetas”.
Poco se sabe de esas presuntas alianzas, lo cierto es que el nombre y las actividades de los Arellano Félix se fueron reduciendo, aunque no desaparecieron. Pues han estado envueltos en ataques contra otros grupos, detenciones de algunos de sus integrantes y más recientemente al aparecer una narcomanta para sumarse a la prohibición de Los Chapitos contra la comercialización y fabricación de fentanilo ¿Se confirma la tregua con Sinaloa?