En el Estado de México, se ha detectado una situación de manejo de residuos que ha sido puesta de manifiesto por diputados locales del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Según los datos recopilados, aproximadamente 11,900 toneladas de basura son arrojadas diariamente en lugares que no cumplen con las normativas pertinentes para su tratamiento, lo que incluye la presencia de tiraderos a cielo abierto y sitios clandestinos.
En el territorio local se genera un promedio de 17,000 toneladas de basura cada día. Sin embargo, únicamente el 30% de este volumen, equivalente a unas 5,100 toneladas, se administra en cumplimiento con las regulaciones vigentes. Esta situación posiciona al Estado de México como el mayor productor de residuos urbanos en el país, así como la entidad que más basura arroja en lugares no aptos para su confinamiento.
Diputados locales, entre ellos Omar Ortega Álvarez, Fernando González Mejía, Viridiana Fuentes Cruz y María Elida Castelán Mondragón, han respondido a esta crisis de gestión de residuos al presentar una iniciativa destinada a reformar el Código para la Biodiversidad del estado. El propósito de esta propuesta legal es abordar la cuestión de la gestión inadecuada de los residuos y frenar la proliferación de tiraderos clandestinos.
Durante una sesión legislativa en la sede del Poder Legislativo estatal, el diputado Omar Ortega Álvarez expuso que las reformas propuestas al Código para la Biodiversidad tienen como objetivo fundamental el fortalecimiento y la ampliación de las atribuciones de las autoridades estatales y municipales relacionadas con la clausura de tiraderos a cielo abierto.
En busca de programas
La iniciativa exige que el Poder Ejecutivo, a través de la Secretaría del Medio Ambiente, elabore e implemente un programa maestro de alcance estatal y regional que tenga como finalidad prevenir y detener la creación de tiraderos a cielo abierto. El objetivo es evitar que estos focos de contaminación continúen afectando negativamente al entorno ambiental.
El legislador Fernando González Mejía, al brindar su perspectiva sobre el asunto, destacó que la intención de esta propuesta es fomentar el saneamiento, la clausura y la recuperación de los tiraderos a cielo abierto, lo que incluye aquellos que se encuentren en estado de abandono o desuso.
Además, la iniciativa enfatiza la importancia de dar prioridad a la inversión, tanto pública como privada, en aquellos casos que, debido a su impacto ambiental, requieran una clausura inmediata de acuerdo con las directrices de las autoridades competentes.
El proyecto también hace hincapié en la necesidad de fomentar actividades de reciclaje basadas en materiales recuperados de los residuos, así como en impulsar el aprovechamiento y el manejo integral de los residuos generados por el sector primario para reducir la utilización de empaques excesivos.
En un esfuerzo por promover la producción y el consumo sostenible, la iniciativa busca el desarrollo de estrategias intersectoriales. Además, se proponen mecanismos efectivos para mantener los residuos separados hasta su disposición final y su adecuado manejo.
Finalmente, el legislador subrayó que la intención es promover la durabilidad, la reparación y el doble uso de productos, además de impulsar la producción de productos sostenibles. La iniciativa se encuentra ahora en manos de la Comisión de Protección Ambiental y Cambio Climático para su análisis y, se espera, su eventual implementación.
Basura clandestina
Es importante recordar que los tiraderos clandestinos representan un problema ambiental significativo. La basura acumulada en estos lugares puede contaminar el agua, el suelo y el aire, a la vez que atrae fauna nociva como ratas y moscas.
Los líquidos que se filtran de la basura, conocidos como lixiviados, pueden contaminar las aguas subterráneas, lo que agrava aún más el impacto ambiental.
Además, la basura desechada en estos lugares representa una pérdida de valiosos recursos naturales, ya que muchos de los materiales desechados podrían haberse reciclado o reutilizado.
En la Ciudad de México, se estima que existen aproximadamente 900 tiraderos clandestinos grandes, cada uno generando diariamente más de una tonelada de basura. Estos se suman a al menos otros 15,000 tiraderos más pequeños. Las delegaciones más afectadas son Iztapalapa, Cuauhtémoc y Benito Juárez.