“¿Por qué les molesta lo del general (Salvador) Cienfuegos”, lanzó el presidente Andrés Manuel López Obrador desde Palacio Nacional. Sus palabras responden a las críticas de la prensa y opositores por condecorar al titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en el sexenio de Enrique Peña Nieto, el mismo donde ocurrió la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa.
Y es que las críticas en torno al Caso Ayotzinapa se centran en la presunta ocultación de información de parte del Ejército Mexicano, señalamiento realizado por el Grupo Internacional de Expertos Independientes (GIEI) y replicado por las madres y padres de los normalistas.
Pero Salvador Cienfuegos no sólo está vinculado a la Sedena en el sexenio de Peña Nieto; en octubre de 2020 su nombre resonó nuevamente por su detención en el Aeropuerto de Los Ángeles para responder ante la justicia estadounidense por presuntos nexos con el narcotráfico.
Después de su traslado a México -ya retirados los cargos en Estados Unidos-, el mandatario nacional acusó a la administración de drogas (DEA) de fabricar delitos contra Salvador Cienfuegos, intentar desestabilizar a las fuerzas armadas y violar la soberanía de México: “Fue una venganza”, apuntó el tabasqueño, por el retiro de los agentes de la agencia norteamericana en el país.
Ahora, el Presidente se lanzó contra la prensa por no explicar la razón de la condecoración a Cienfuegos en Veracruz: “Mucha desinformación y mala fe”, acusó.
Según las palabras de López Obrador, se debió informar que la condecoración fue hecha a tres exdirectores del Heroico Colegio Militar, justo en el marco del aniversario número 200 de la institución.
“Sin decir el marco en el que se da la ceremonia, se lanzan todos los que están en contra de nosotros, aun estos hipócritas que aparentan que son de avanzada y que están a favor de la transformación”: AMLO
Militares obedecieron órdenes en el 68
El Ejército de México es “leal”. Así comenzó el presidente Andrés Manuel López Obrador su defensa a los militares que reprimieron el movimiento estudiantil de 1968:
“El Ejército recibe órdenes, actúa. En casos como esos, no en todos los casos pero sí en casos como esos, recibiendo órdenes del comandante supremo de las Fuerzas Armadas, que en ese entonces era el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Haciendo gala de su gusto por la historia, el tabasqueño afirmó que lo ocurrido en 1968 -especialmente la tarde-noche del 2 de octubre- tuvo que ver con un “grupo de élite que se sentía más que los elementos de la Sedena, porque supuestamente el jefe del Estado Mayor estaba más cerca del Presidente y tenía más influencia”.
Pero no han sido las únicas ocasiones en las que el tabasqueño salió en defensa de las Fuerzas Armadas. En agosto pasado afirmó que la Sedena y la Secretaría de Marina “son pilares que sostienen al Estado”.
Las palabras del Presidente se dieron en respuesta a lo que llamó una “campaña de desprestigio” contra el Ejército por las constantes críticas en su contra debido a su uso excesivo de la fuerza en sus labores de seguridad pública y por el incremento de actividades y recursos entregados durante su administración.
En el tema que involucra al general Salvador Cienfuegos, justo antes de cumplirse nueve años del Caso Ayotzinapa, el mandatario nacional respondió a las críticas del GIEI:
“Ya basta de administrar el dolor de la gente, porque no se debe utilizar el dolor y estar engañando. Hay que decir la verdad”
Pero quizá una de sus defensas más férreas al Ejército Mexicano se dio cuando la Guardia Nacional pasó a depender de la Sedena. Ante los señalamientos de “militarización” del país el tabasqueño respondió que la nueva dependencia de seguridad necesitaba de la “guía, tutela y liderazgo” de los militares; con su “vigilancia” -dijo- se dará el crecimiento sano de la “principal institución de seguridad pública”.
Sobre las críticas por desechar su propuesta inicial de que la Guardia Nacional tuviera un mando civil, el Presidente sólo respondió: “cambié de opinión”.