Un grupo de presuntos empresarios provenientes de Sinaloa llegó entre abril y mayo de 2023 al municipio de Coatzingo, Puebla, con la promesa de construir una granja que beneficiaría a la economía de la comunidad. Sin embargo, todo era una fachada para instalar un narcolaboratorio.
Así lo revelaron habitantes consultados por la periodista Gabriela Hernández para una investigación publicada en Proceso, la cual planteó una posible vinculación entre las autoridades locales y los autonombrados inversionistas.
Cuando el grupo de sinaloenses llegó a la localidad, uno de ellos dijo que tenían la intención de “sembrar maíz, tomate y meter ganado y lo de los puercos, y hacer fertilizante (sic.)”. Sin embargo, los pobladores jamás vieron un solo cerdo.
Durante una asamblea con tres de los aparentes empresarios celebrada el 13 de junio, los habitantes les preguntaron por qué eligieron Coatzingo para establecerse, dadas las condiciones de inseguridad que vive la demarcación.
“A veces buscamos las tierras por vía satélite y muchas veces nos guiamos nosotros [...] Nosotros en Puebla tenemos buena influencia con el gobierno”, respondió uno de los foráneos.
Entre las irregularidades percibidas por locales de Coatzingo mencionaron que en ningún momento fueron consultados por el presidente municipal, Abel Chávez Orea, para la ocupación del predio en “La Cástula”.
Y aunque el edil negó tener algún tipo de cercanía con los sujetos, el presidente del comisariado ejidal Gilberto Rodríguez Orta expuso que el mismo Chávez Orea contactó al dueño del terreno para coordinar la renta y ocupación de los sinaloenses.
Aunado a lo anterior, los reportes refieren que había más de 15 personas trabajando en el paraje y que casi siempre transitaban por veredas, después de la medianoche, en vehículos todoterreno.
El descontento de los habitantes de Coatzingo llevó a que se realizara un acta formal para exigir a “la gente de Sinaloa” que “sacaran sus cosas”. Finalmente, los inversionistas se llevaron algunas de sus cosas el 20 de junio a bordo de una camioneta.
Luego de su retirada, pobladores de Coatzingo acudieron al predio se percataron de que habían dejado tambos y toneles llenos de químicos que “olían muy feo”, así como básculas y quemadores.
Presentaron una denuncia ante las autoridades y el paraje quedó asegurado por la Fiscalía General de la República (FGR). Sin embargo, no se emitió un reporte oficial y no ha sido concretada ninguna detención relacionada con estos hechos.
La única información que obtuvieron, de manera extraoficial, fue proporcionada por un agente de la FGR, quien confirmó que las sustancias eran precursores químicos para la elaboración de drogas sintéticas, sin que se revelara el narcótico que se pretendía fabricar ahí.