Mito o realidad: ¿Las chinches pueden causar enfermedades?

La plaga de chinches que azota a la Ciudad de México tiene en alerta todos los capitalinos, principalmente a estudiantes y trabajadores de la UNAM; sin embargo, más allá de ser animales desagradables, ¿existe el riesgo de adquirir alguna enfermedad por medio de la picadura de estos insectos?

Durante muchos años se ha dicho que, a pesar de ser una plaga desagradable, las chinches no se encontraban catalogadas como animales transmisores de enfermedades; sin embargo, este dato ha cambiando en épocas recientes pues un estudio elaborado por la Universidad de Nuevo México encontró que las Cimex lectularius, mejor conocidas como chinches de cama, podrían representar un riesgo mayor de lo que hemos pensado, al ser transmisoras de la llamada enfermedad de Chagas.

Pero, ¿qué es la enfermedad de Chagas y por qué es preocupante? De acuerdo con información de la Organización Mundial de la Salud, esta enfermedad pasa por dos fases. En la primera fase se contrae la enfermedad y la mayoría de las personas no presentan síntomas o estos son muy generales, tales como dolor de cabeza, fiebre, aumento del tamaño de los ganglios linfáticos, palidez, dolores musculares, dificultades para respirar, hinchazón y dolor abdominal o torácico.

Sin embargo, en su segunda etapa, durante la fase crónica, la cual puede tardar incluso décadas en aparecer, hasta un tercio de los pacientes sufren trastornos cardíacos , alteraciones digestivas e incluso neurológicas. “Con el paso de los años, la infección puede causar muerte súbita por arritmias cardíacas o insuficiencia cardíaca progresiva como consecuencia de la destrucción de las inervaciones del músculo cardíaco y del propio músculo”, señala la OMS.

Aunque muchas personas no lo saben existen dos tipos de chinches, las Cimex Lectularius o chinche común y la Triatoma infestans o chinche triatonímica. La primera siempre fue considerada como no transmisora de enfermedades mientras que la segunda, que es más común en zonas tropicales, sí se tenía conocimiento de su capacidad de transmisión.

Sin embargo, un estudio publicado en la revista American Journal of Tropical Medicine and Hygiene, realizó un experimento con la chiche común y demostró que también en ella existe la capacidad de transmitir esta enfermedad.

Al igual que muchos insectos similares, como las garrapatas, las chiches son animales hematófagos, es decir que se alimentan de la sangre de otros animales como aves o mamíferos. Un aspecto fundamental relacionado con la biología de estos insectos es que defecan durante o inmediatamente después del proceso de hemosucción (cuando absorben la sangre de su víctima), de acuerdo con información de la Fundación OI especializada en enfermedades infecciosas.

Esta situación es clave para la transmisión del parásito causante de la enfermedad de Chagas, el tripanosoma cruzi, ya que este parásito se encuentra en las heces de las chinches y al momento de realizar la picadura genera una herida por la que el parásito se introduce al nuevo huésped, es este caso, los humanos.

“Nuestro trabajo mejora estudios anteriores al mostrar que el T. cruzi presente en las heces de las chinches puede infectar a los ratones a través del contacto con la piel lesionada y que las chinches a menudo defecan poco después de alimentarse”, señala el estudio.

Además de que su picadura es un riesgo para contraer esta enfermedad también incrementa el riesgo de desarrollar enfermedades de la piel y reacciones alérgicas e incluso se ha señalado que pueden generar problemas de estrés y ansiedad ante las picaduras constantes y lo complejo que es eliminarla.

Por esta razón, más allá de ser una plaga molesta y desagradable el problema de infestación de chinches de ser manejado como un problema de salud publica.