Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”, se ha convertido en uno de los objetivos prioritarios para autoridades mexicanas y estadounidenses debido al alcance que ha logrado tener el grupo criminal bajo su mando: el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Originario de Naranjo de Chila, una localidad de Aguililla, Michoacán, el también llamado “Señor de los gallos” tiene en su historia criminal un detalle que hace recordar a personajes como Miguel Ángel Félix Gallardo, pues también tuvo que “mudarse” de casa para fortalecer su organización delictiva. Y, al igual que el fundador del Cártel de Guadalajara, “El Mencho” encontró en Jalisco una inigualable oportunidad.
Un artículo publicado recientemente en Small Wars Journal por Raúl Benítez Manaut y Josué González Torres —especialistas en temas de seguridad y crimen organizado egresados de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)— ofrece un recorrido por la historia del CJNG con la intención de entender qué circunstancias han permitido su expansión.
En El Cártel de Jalisco Nueva Generación: El mayor reto de seguridad en la relación México-Estados Unidos, los autores señalan que uno de los detonantes para el surgimiento del CJNG fue la mal llamada “guerra contra el narcotráfico” que declaró Felipe Calderón a finales de 2006.
La fallida estrategia de seguridad del expresidente creó distintos frentes de combate que afectaron a distintos cárteles de manera desigual. Uno de los más lastimados en aquella época fueron Los Zetas.
En 2007, el Cártel de Sinaloa y el Cártel del Milenio reunieron un grupo de sicarios que fue bautizado como Los Matazetas, cuya única misión era asesinar a “los de la última letra”.
De esta manera, Los Matazetas se concentraron en atacar a sus rivales en Veracruz, presentándose como “justicieros”, mientras el Cártel de Sinaloa se acercaba a su ruptura con Los Beltrán Leyva y el poderío del Cártel del Milenio y La Familia Michoacana disminuía.
“Los golpes del gobierno a estos grupos fueron aprovechados por el CJNG para ocupar el territorio en las regiones del centro-occidente de México, en los estados de Sinaloa, Jalisco, Nayarit, Colima, Michoacán y Guanajuato”, explican Benítez y González en la publicación.
Para 2011 —con el antecedente de la captura de Óscar “El Lobo” Nava Valencia, líder del Cártel del Milenio, en 2009—, esta facción criminal decidió cambiar de nombre para consolidarse como el cártel de las cuatro letras: CJNG.
Ya encabezado por “El Mencho”, el CJNG anunció su ruptura con el Cártel de Sinaloa en 2013. En un intento por demostrar su independencia de las organizaciones que antes lo cobijaron, Oseguera Cervantes trató de establecerse en Michoacán e incluso se mostró dispuesto a brindar apoyo financiero los grupos de autodefensas de Tepalcatepec liderados por Juan José Farías Álvarez, alias “El Abuelo”.
Según lo establecido en el artículo, “El Mencho” habría intentado por todas las vías consolidar a su organización en Michoacán, su casa.
No obstante, al ser un exmiembro del Cártel del Milenio, “Oseguera Cervantes no fue aceptado por los fundadores y líderes de las organizaciones de la Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios”.
Así, “El Mencho” fue obligado al exilio y trasladó su centro de operaciones a Zapopan, Jalisco, en donde consolidó a su brazo financiero más importante: Los Cuinis, el clan familiar que ha establecido una inmensa red de empresas para lavar dinero en favor del CJNG.