Las luces del Foro Sol se extinguen y los fans saben lo que significa: va a comenzar el concierto por el que han pasado varias horas formados bajo el sol. El After Hours til Dawn Tour de The Weeknd llega a la Ciudad de México después de reventar el estadio BBVA de Monterrey.
La luna en el cielo está llena y resplandece amarilla sobre el gigantesco escenario. Pero no es el único astro que admirarán los fans durante la noche, pues en medio de la cancha flota una luna artificial que los seguidores del cantante conocen muy bien y que brilla de un color rosado de naturaleza alienígena.
Como en un extraño planeta salido de la mitología de Star Wars, hay dos astros nocturnos que dan luz a los seguidores de Abel, quienes alumbran con el flash de su celular, impacientes por el espectáculo. El Foro Sol se convierte en un mar de lucecitas que asemejan a una familia de estrellas en medio del espacio.
El escenario se enciende con poderosos láseres de colores y las cámaras enfocan la estatua de un androide gigante que se alza imponente en el escenario secundario. La pieza es creación del artista japonés Hajime Sorayama, famoso por sus ilustraciones de robots femeninos, desde una visión erótica.
El cantante tiene bien entendido el concepto del espectáculo: el show es un cúmulo de entusiastas referencias a la ciencia ficción, que no desentonan con el sonido de sus más recientes álbumes: música sintetizada que recuerda a la banda sonora de Blade Runner.
The Weeknd aparece entre gritos y una galáctica escenografía
Y Abel se hace presente entre eufóricos gritos vistiendo una capa negra y una máscara que no se quitará hasta bien entrada la noche. Alrededor del cantante se alzan varios edificios que brillan y escupen fuego, y tras él una larga pantalla proyecta la imagen de una ciudad futurista que parece sacada de la icónica película de Fritz Lang: Metrópolis.
The Weeknd interpreta La fama, Party Monster, Take My Breath, Sacrifice, How Do I Make You Love Me, Can’t Feel My Face, Lost In The Fire y Hurricane, entre luces de colores, llamaradas de fuego y enloquecidos fans que apenas pueden creer que están siendo testigos de uno de los conciertos más espectaculares del año.
Abel no viene solo, pues sobre el escenario hay un grupo de bailarinas que visten una especie de burka de color blanco, como si vinieran de otro planeta inspirado en Medio Oriente. No mostrarán su cara durante todo el concierto pero bailarán alrededor del cantante y de la estatua robótica, y debajo de la luna artificial como si ésta fuera una deidad interplanetaria.
El repertorio que Abel planeó para Latinoamérica continúa sonando, y con cada canción, los visuales de la ciudad cambian: de lucir tecnológica y limpia hasta estar envuelta en llamas como en una novela cyberpunk.
The Hills, Kiss Land, Often, Crew Love, Starboy, House Of Balloons, Heartless, Low Life, Reminder, Circus Maximus, Faith, After Hours y Earned It también forman parte del la lista de canciones. Durante Out of Time, Abel baja del escenario y da la oportunidad a una fan de que se una con él en el canto. Los enloquecidos gritos de la joven provocan amables risas del cantante.
Para este punto, Abel ya se ha quitado la máscara y sonríe de oreja a oreja cuando escucha a la audiencia gritar su nombre al unísono.
I Feel It Coming, Die For you, Is There Someone Else, I Was Never There, Wicked Games, Call Out My Name, The Morning, Save Your Tears y Less Than Zero se escuchan incluso a las afueras del Foro Sol. Cuando The Weeknd canta el mega hit Blinding Lights, los fans saben que el show está por terminar.
Con Tears In The Rain, Creepin’, Popular, In your eyes y Moth to a flame, concluye el After Hours til Dawn Tour. En el rostro de Abel se ve que entiende por qué los artistas internacionales adoran dar conciertos en México: los fans son más estridentes que en cualquier otro lado del mundo.
El cantante desaparece de escena, y el Foro Sol, que lució por más de dos horas como una auténtica galaxia multicolor, apaga su magia poco a poco y vuelve a dormir en espera del próximo artista que quiera visitarlo.