Rehidratación cadavérica, la innovadora técnica que promete identificar a cientos de personas en Jalisco

Una fórmula que surgió como una idea en una clase de bachillerato puede ser la solución a la crisis forense de cientos de cuerpos que permanecen sin identificar en el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF).

En su más reciente estudio sobre Servicios Periciales y Servicio Médico Forenses, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó que Jalisco ocupa el segundo lugar a nivel nacional en cuerpos o restos óseos sin identificar.

De acuerdo con el reporte del INEGI, tres mil 282 cuerpos ingresaron a los anfiteatros del IJCF en el 2022, cifra que casi triplica la capacidad de almacenamiento de los centros de resguardo, al contar sólo con mil 245 espacios.

La entidad, que gobierna Enrique Alfaro, opera con saturación de cuerpos sin identificar dentro de las instalaciones del IJCF, lo que provoca “un escenario crítico ante la necesidad de mejoras”, destacó en un estudio del 2021 el Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (CEPAD).

En 2018, un tráiler cargado de 273 cadáveres deambuló en colonias de Guadalajara y su zona metropolitana, luego de que las morgues del Instituto Médico Forense (Semefo) de Jalisco estuvieran saturadas de cuerpos producto de una ola de violencia que se vivía en esas fechas y que persiste hasta la actualidad.

La noticias del camión fue un escándalo a nivel nacional e internacional debido a que durante más de dos semanas la “morgue andante” fue llevada de un lugar a otro ante la queja de los ciudadanos que no toleraban el fuerte olor que se desprendía del tráiler que finalmente fue llevado a una bodega de la Fiscalía General de Jalisco.

La terrible escena provocó que el entonces gobernador de la entidad, Aristóteles Sandoval Díaz, asesinado a balazos en Puerto Vallarta en el 2020, removiera al director del IJCF, Luis Octavio Cotero, mismo quien fue señalado como responsable de este hecho.

“Previo al escándalo mediático de las cámaras refrigerantes en el año 2018 ya se trabajaba con una enorme saturación en la capacidad instalada, esto suponía un promedio mensual de entre 70 y 90 personas fallecidas que quedaban sin identificar cada mes”, apunta el estudio de la CEPAD.

La organización civil detalló que “una gran mayoría (de los cadáveres) se identificaba hasta siete días después de su ingreso y algunos eran identificados hasta un mes después”.

Agregó que “aquellos cuerpos que permanecían más de tres meses sin ser identificados era más probable que ya quedarán como no identificados”.

A principios de agosto, la Fiscalía Especial en Personas Desaparecidas (FEPD) reveló que los cuerpos de 233 personas han sido encontradas en fosas clandestinas durante los primeros siete meses del 2023, lo que podría significar la fosa más grande del país, al tiempo que muestra la grave crisis de violencia que se vive en el estado y en otras partes de México.

Ante este contexto, una fórmula química con base en agua podría ayudar a la rápida identificación de cuerpos que se apilan en los anfiteatros.

En entrevista con Infobae México, la investigadora forense Lucero Moreno Murgía aseguró que su técnica busca evitar el largo camino de los familiares de las personas desaparecidas.

“El cuerpo sin vida pasa por siete fases. En la última ya se encuentra (el cuerpo) putrefacto, es irreconocible, se encuentra con una mancha verde y está completamente morado, casi negro, está inflado por todo este cúmulo de gases que provoca el estado de descomposición y además está lleno de larvas, lo que hace es que un cuerpo sin vida pues no sea identificable en esas condiciones”, apuntó la docente e investigadora de la Universidad Metropolitana de Occidente.

Señaló que su método “revierte el fenómeno cadavérico”, lo que podría ayudar a que la entrega de cuerpos a sus familiares sea con mayor agilidad, al tiempo que la técnica garantiza que personas sin vida puedan ser identificados de una “manera amable”.

“Si bien existen dictámenes de ADN que les son practicados a los cuerpos sin vida, lo cierto es que algunas veces han ocurrido fallas en el sistema; se han entregado unos cuerpos por otros o ellos no se sienten con la certeza de que les están entregando a su familiar”, apuntó la investigadora, quien se tardó siete años en encontrar la fórmula.

Moreno Murgía mencionó que con la aplicación de su técnica en un cuerpo luciría “como si recién hubiera fallecido”, lo que podría ayudar a peritos o antropólogos forenses a encontrar las causas del deceso.

“En tan sólo cinco días de estar sumergido en esta fórmula líquida que yo descubrí, puede revertir el fenómeno cadavérico y entonces la persona de estar en ese estado de putrefacción luce como si recién hubiera muerto, pero además se le ven completamente sus facciones, sus tatuajes, sus cicatrices, la piel luce turgente; es completamente identificable”, aseguró.

Agregó que luego de aplicar la fórmula “no hay ninguna duda de que la persona que está ahí es la persona que sus familiares están identificando”.

La investigadora refirió que la técnica no funciona si no hay tejido.

“Si hay tejido es rehidratable, pero pudiera ocurrir que en el caso de las personas que mueren por la acción del fuego o que a lo mejor hubieran sido consumidos por la fauna cadavérica. Esos tejidos que ya no están pues obviamente no se pueden recuperar, porque la técnica es rehidratar el tejido que está”.

La fórmula ha sido usada en partes de un cuerpo que estuvo 15 años sepultado y con la rehidratación cadavérica se ha conservado tres años.

“Está oscura, pero está rehidratada y es visible todas sus características; está maleable”, detalló la investigadora.

“Tenemos otras donaciones de partes del cuerpo que son más nuevas; primero las pusimos en estado de putrefacción, luego ya las rehidratamos y tenemos hace dos años con ellas. Lo increíble es que también funciona como conservante. No despide olores fétidos. Completamente son identificables, se le ven los tatuajes, las características morfológicas lo que permite tomar huellas digitales”, contó a Infobae México.

Señaló que esta técnica se la ha presentado a algunas autoridades estatales a través de los años y no ha encontrado respuesta ni eco.

“Es una incógnita, realmente no he recibido una sola explicación del por qué no les interesa. No sé si no se les hace interesante o a lo mejor no creen en estos resultados”, apuntó.

Infobae México buscó al director del IJCF, Gustavo Quezada Esparza, para conocer si la técnica podría ayudar a las investigaciones de los cadáveres; sin embargo, hasta el momento de esta nota no se tuvo respuesta a la solicitud.

Lucero Moreno Murgía señaló que el protocolo de investigación ya está concluido y no pretende vender la fórmula.

“La voy a entregar a los familiares de personas desaparecidas. Ellos son quienes las necesitan y en consecuencia no tendría ningún caso vender ni guardarla porque no pérsigo fines económicos, sino que realmente ellos puedan tener a su familiar en su casa”, finalizó.