Las y los herederos de la llamada “vieja guardia” del narco estuvieron involucrados, sin desearlo, con los negocios criminales de su casta desde el primer día de su existencia.
Salvo algunas excepciones, la mayoría ha optado por seguir los pasos de quienes a finales del siglo XX forjaron las estructuras delictivas que sumieron a México en una infame ola de violencia.
Uno de los ejemplos más visibles de esto es la red que ha mantenido vivo —y fortalecido— al Cártel de Sinaloa, en donde las relaciones de pareja son a la vez un vínculo emocional y de planificación criminal.
En su más reciente libro —titulado Las señoras del narco, amar en el infierno— Anabel Hernández hace un recuento de quiénes son las mujeres de mayor relevancia al interior del grupo.
La reina del Cártel de Sinaloa
En la cúpula del cártel, de acuerdo con la periodista, se ubica Jesús Adriana Meza Torres, quien desde niña conoció el ambiente de violencia en que se desenvolvían su padre, Raúl Meza Ontiveros —alias “El M6″— y su madre Aida Elizabeth Torres Félix, hermana de los violentos Javier y Manuel Torres Félix —”El JT” y “El M1″, respectivamente”.
Nació el 6 de octubre de 1989 y a sus 20 años, el 25 de marzo de 2010, firmó su destino como soberana del Cártel de Sinaloa al casarse con Ovidio Guzmán López, alias “El Ratón”, uno de los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
En consideración de Anabel Hernández, “el matrimonio entre Ovidio y Adriana era un acto simbólico y estratégico”, pues ocurrió en medio de la guerra que “El Chapo” mantenía con el cártel de los Beltrán Leyva. “La alianza de sangre con ‘El M1′ [tío de Adriana] era un importante refuerzo”.
Además de su enlace civil con Ovidio Guzmán —con quien ha procreado tres hijas—, Adriana Meza ha salido victoriosa de disputas contra la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), pues jueces federales han anulado el bloqueo de sus cuentas bancarias que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ejecutó en 2015.
Teniendo esto en consideración, sumado a la duda de si Emma Coronel volverá a involucrarse con el entramado criminal tras recuperar su libertad, Adriana Meza se ha posicionado como la reina del Cártel de Sinaloa.
Las princesas del cártel
El resto de la “realeza” de esta poderosa organización está conformado por mujeres que, gracias a las actividades ilícitas de sus parejas, han disfrutado una vida llena de lujos.
Una de ellas es Karime Yameli Torres Acosta, hija de Manuel Torres Félix, “El M1″, que se casó con Serafín Zambada Ortiz, hijo de Ismael “El Mayo” Zambada y Leticia Ortiz.
Sin embargo, su corazón cambió de bando años después, ya que inició una relación con Dámaso López Serrano, alias “El Mini Lic”, uno de los principales exmiembros del cártel que ha testificado en Estados Unidos contra Los Chapitos.
Otra de las “princesas” del Cártel de Sinaloa referidas por Anabel Hernández es Griselda Guzmán López, una de las descendientes que “El Chapo” tuvo con Griselda Guadalupe López Pérez.
“Ni siquiera ella pudo escapar” del infierno en el que se involucraron sus hermanos y medios hermanos, aseguró la periodista, pues se casó con Édgar Guadalupe Zazueta Cázares, sobrino de Blanca Margarita Cázares Salazar, una de las operadoras financieras más relevantes del “Mayo” Zambada.
Su boda estaba programada para el 26 de octubre de 2019, según reportes de Ríodoce. Sin embargo, el operativo fallido para capturar a Ovidio —conocido como “Culiacanazo”— obligó a la familia a posponer la boda tres meses.
Griselda y Édgar se casaron finalmente el 25 de enero de 2020 en Culiacán y en diciembre de 2022 celebraron, con gran lujo, el baby shower de su primer hijo: Archie Zazueta Guzmán.
La lista de la “nobleza” del Cártel de Sinaloa se engrosa también con Zulema Aracely Lindoro, quien de acuerdo con la policía migratoria de San Diego está casada con Iván Archivaldo Guzmán Salazar, señalado por EEUU como el máximo líder de Los Chapitos.
De acuerdo con la información citada por Hernández en su libro, Zulema e Iván Archivaldo tienen al menos dos hijos, aunque se desconocen sus edades e identidades.
Otra de las “princesas” de la estructura delictiva sinaloense es Elsa Félix Beltrán, hija de Víctor Manuel Félix Félix y esposa de Alfredo Guzmán Salazar, alias “Alfredillo”, según quedó asentado en los expedientes de la Corte de Distrito Sur de California en diciembre de 2017.
Además de presumir un “rostro angelical”, Elsa es hermana de Víctor Félix Beltrán, uno de los principales operadores de Los Chapitos que fue detenido en 2017 en Santa Fe, Ciudad de México, pero se escapó del Reclusorio Sur en 2020.
A ellas se les suma Gabriela Gisela Fernández Amezola, esposa de Néstor Isidro Pérez Salas, quien lidera al grupo de sicarios más importantes de Los Chapitos: Los Ninis.
Mientras su marido, “El Nini”, encabeza al violento brazo armado, “Gabysela”, como también se le conoce, desempeña su rol de princesa “haciéndose peculiares estudios fotográficos donde se hace maquillar, vestir y retratar con apariencia casi infantil, como si fuera una colegiala de escuela de monjas”, escribe la periodista en su obra.
Finalmente, el cortejo de princesas del Cártel de Sinaloa cuenta también con la presencia de la joven Frida Sofía Guzmán Muñoz, hija de Édgar Guzmán López —hijo del “Chapo” asesinado por sus propios hombres en 2008— y de Frida Muñoz Román.
Mientras su madre está casada con Julio César Chávez Jr., Frida Sofía no se limita a la hora de exhibir su fanatismo por su tío Ovidio Guzmán.
Desde temprana edad comenzó a entrenar su voz y ahora es común verla entonar corridos y canciones en honor a sus criminales familiares en cada oportunidad. “Aprovecha cualquier tipo de concurso y escenario para que alguien la escuche cantar, incluso en plazas comerciales”, asevera Anabel Hernández.
Una de las grabaciones más famosas de Frida es aquella en la que, sentada en la capilla dedicada a su difunto padre, canta una versión acústica de Una cartita para Santa, interpretada originalmente por Los Traviezoz de la Zierra.
Ellas son, en palabras de Anabel Hernández, quienes conforman la más alta esfera de la realeza vinculada al Cártel de Sinaloa.