Quién es El Chaky, el sanguinario pistolero de Amado Carrillo Fuentes

El libro “Las señoras del narco: Amar en el infierno” de Anabel Hernández García revela detalles escalofriantes sobre la vida y los crímenes de Arturo Hernández González, conocido como “El Chaky”, uno de los más sanguinarios sicarios que operó bajo la sombra de Amado Carrillo Fuentes, apodado “El Señor de los Cielos”.

Según las impactantes revelaciones de la autora, “El Chaky” era un cercano colaborador de Arturo y Alfredo Beltrán Leyva, y compartía una relación estrecha con todos los hermanos. Además, Hernández González tenía una esposa llamada Dulce Tarín, aunque su relación con Celeste, la informante de la autora para el libro, limitaba a ser conocidas y no amigas íntimas.

El Chaky, quien operaba principalmente en la Comarca Lagunera, específicamente en Torreón, Coahuila, era originario de Acapulco, Guerrero. Su historia de vida era un sombrío contraste entre su infancia humilde, donde se ganaba la vida lavando coches, y su ascenso en el mundo de la delincuencia.

El libro revela que el Chaky tenía una estrecha amistad con Sergio Villarreal Barragán, conocido como “El Grande”, quien era uno de los lugartenientes más destacados de Arturo Beltrán Leyva.

Villarreal, un ex policía judicial federal, comenzó a trabajar para Amado Carrillo Fuentes en 1992 y, en consecuencia, conoció a Arturo Hernández González. La relación entre Sergio y Celeste, se forjaría más tarde en circunstancias desconocidas.

Durante la década de los noventa y principios del año dos mil, Arturo Hernández González, conocido como “El Chaky”, se convirtió en una figura aterradora en varios estados de la república mexicana, pero su centro de operación principal era la Comarca Lagunera. Su método de asesinato, enterrando una daga en el corazón de sus víctimas, sembró el terror en la región.

De acuerdo con los reportes de la época, lideraba a los sicarios del infame Cártel de Juárez, una organización que se destacó por su influencia en el tráfico de cocaína hacia los Estados Unidos, gracias a una alianza con los cárteles colombianos.

Tenía sus orígenes en Acapulco, Guerrero, donde, en su infancia, en la década de los setenta, lavaba carros y camionetas en los patios de la Policía Judicial de Guerrero. Fue allí donde comenzó a relacionarse con comandantes que lo entrenaron en la jerga policial y lo prepararon para su futuro en el mundo del crimen.

En su vida adulta, “El Chaky” trabajó a principios de los noventa en la Dirección Federal de Seguridad y luego se unió al Grupo Palma, creado por el conocido “Súper policía” Guillermo González Calderoni.

Según expedientes en posesión de la Secretaría de la Defensa Nacional, Hernández González relató:

El poder y ascenso de “El Chaky” se debieron al auge del Cártel de Juárez, liderado por Amado Carrillo Fuentes, también conocido como “El Señor de los Cielos”, quien controlaba el tráfico de cocaína hacia Estados Unidos a través de la “Ruta del Centro,” que se extendía desde Chiapas hasta Ciudad Juárez, Chihuahua.

La Comarca Lagunera era esencial para esta operación, ya que allí almacenaban grandes cantidades de droga antes de cruzar la frontera. Vivió en la zona durante muchos años, extendiendo su influencia a los estados de Durango, Coahuila, Jalisco, Sinaloa, Guerrero, Veracruz y Colima.

El Chaky, cuyo pasado incluyó un cargo como comandante del Grupo Palma de la extinta Policía Judicial Federal hasta 1996, se había convertido en un asesino a sueldo a tiempo completo para el cártel de Juárez. Su papel abarcaba la eliminación de miembros de otras organizaciones delictivas y proporcionar protección a los líderes del cártel y sus familias, para lo cual contaba con un grupo de sicarios altamente capacitados.

Los informes periodísticos de la época narran una serie de ajustes de cuentas, homicidios y secuestros, todos caracterizados por el mismo sello distintivo: sus víctimas eran brutalmente asesinadas con una daga en el corazón. Otras atrocidades también se le atribuían, como enredar a sus víctimas en alambre de púas, sumergirlas en agua y aplicarles toques eléctricos, según relató Rafael Macedo de la Concha, Procurador General de la República.

Rafael Macedo de la Concha, titular de la Procuraduría General de la República (PGR) dijo en conferencia de prensa luego de su captura que era el brazo ejecutor de esta organización criminal y enfrentaba múltiples órdenes de aprehensión por delitos relacionados con la salud, violación a leyes federales contra la delincuencia organizada, acopio de armas y lavado de dinero.

Además, estaba vinculado a investigaciones relacionadas con la muerte de varios testigos protegidos, incluyendo a Tomás Colsa McGregor, Jaime Olvera Olvera y el comandante Juan Carlos Ventura Moussong, hijo del renombrado investigador Florentino Ventura.

Finalmente, el 5 de abril de 2003, en un operativo coordinado por la extinta Agencia Federal de Investigación y el Ejército Mexicano, Arturo Hernández González, “El Chaky,” fue capturado en una finca de Lerdo, Durango, junto con varios de sus cómplices. En ese momento, Amado Carrillo Fuentes había fallecido, y el poder del Cártel de Juárez estaba en declive.

Sin embargo, para fines de 2013, “El Chaky” fue liberado después de cumplir una condena de 10 años por lavado de dinero y delincuencia organizada.

Sorprendentemente, a pesar de estar en la lista de extraditables de Estados Unidos, las autoridades mexicanas no pudieron aclarar las razones de su liberación. Se informó que continuaba operando en los estados de Coahuila, Durango y Chihuahua, bajo el servicio de un viejo conocido: Ismael “Mayo” Zambada, lo que dejó un futuro incierto para este sanguinario personaje del crimen organizado mexicano.