El Baby’O de Acapulco no era sólo un club nocturno: era un microcosmos de la jerarquía del estrellato mexicano. Aquí, cada rincón, cada mesa, tenía una historia y reflejaba el estatus de quien la ocupaba. Esta exclusiva discoteca tenía reglas no escritas que determinaban quién era quién en el mundo del espectáculo, y estas reglas eran defendidas a rajatabla por sus guardianes.
De acuerdo con las páginas de Las señoras del narco: amar en el infierno, de la autora Anabel Hernández, el exclusivo antro de Acapulco fue visitado por varias estrellas de la farándula. El personaje llamado en dicha publicación como Celeste, quien presuntamente mantuvo una relación con Arturo Beltrán Leyva, relató todos los detalles.
¿Cómo era la jerarquía y qué mesa tenía Montijo?
Dentro, el club se desplegaba en una disposición en forma de U.
Y es que el Baby’O tenía lugares que eran territorio de ciertas celebridades, como Luis Miguel, invitado siempre por el dueño. Pero no todas las mesas gozaban de esa prominencia. Al frente de la pista, había unas mesas olvidadas que eran para personas menos importantes.
Para muchos, conseguir una mesa en el Baby’O era una señal de haber llegado al estrellato.
Según Celeste, mientras algunas estrellas brillaban con luz propia en las mesas más codiciadas, otras aún no alcanzaban ese reconocimiento. La mujer recuerda que Paty Navidad gozaba de una mesa grande, la segunda en importancia, mientras que Galilea Montijo estaba en otra de las meses más olvidadas al fondo.
¿Cómo era Galilea Montijo por aquel entonces?
Celeste narra en las páginas de Las señoras del narco: amar en el infierno que Galilea Montijo era diferente por aquel entonces: muy bonita de buen físico, pero ciertamente tímida y hasta “retraída”.
Al mismo tiempo, Paty Navidad, con su carisma y belleza, era el centro de atención. La mujer asegura en el libro que se notaba que la actriz era quien mandaba por aquel entonces.
El Baby’O no solo ofrecía música y diversión; era un espejo de las dinámicas del estrellato. Era donde se reunían las personalidades más importantes del momento, describe Anabel Hernández en su libro.
Conocida por ser el punto de encuentro de celebridades, empresarios y la élite desde la década de los 70. Con un ambiente exclusivo y una atmósfera envolvente, la discoteca ha sido escenario de numerosas historias y anécdotas del mundo del espectáculo mexicano.