A seis años del terremoto del 19 de septiembre de 2017, más de 600 edificiaciones que forman parte del patrimonio histórico y arquelógico, y resultaron dañadas durante el movimiento telúrico, se encuentran prácticamente en estado de abandono y sin recursos financieros suficientes para su restauración.
De acuerdo con una investigación de la organización Quinto Elemento Lab, dichos inmuebles, algunos de ellos construidos en el siglo XVI, apenas unas décadas después de la caída de Tenochtitlán, corren el rieso de perderse pese haber sido declarados por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
Autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) señalaron como factores adversos, además de la magnitud de la tragedia, la insuficiencia de recursos económicos, de cuadros profesionales y de empresas especializadas que se hicieran cargo de la restauración, así como el caos administrativo y el incumplimiento de las normas establecidas para lidiar con un proceso tan complejo
Incluso Quinto Elemento Lab señaló que los inmuebles se encuentran en un estado de desprotección ya que que el “seguro” contra sismos que otorga el gobierno federal prácticamente no cubre nada.
Según la organización, las autoridades se enfocaron en atender todos los inmuebles con daños menores, que requerían menos tiempo y dinero, para presentar “cifras que permitieran dar la impresión de que existe un avance significativo en las tareas de restauración. Esos números son engañosos”.
“La restauración de un número muy alto de inmuebles está reportada como ‘en proceso’, etiqueta que oculta el desamparo en que se encuentran, pues en esa categoría se incluyen inmuebles en los que sólo se colocaron polines de apuntalamiento hace cinco años y a los cuales nunca se les ha hecho nada más, o aquellos a los que se hicieron tareas parciales pero no han reportado progreso en años”, señaló la investigación.
Sin embargo, por el otro lado hay 600 inmuebles en los que aún no se concluyen los trabajos o ni siquiera han sido atendidos. Y por lo menos 250 de ellos presentan daños tan severos que comprometen su existencia, según la organización.
Cuando se habla de daños severos, se hace referencia a colapso de torres, desplome de bóvedas, facturas graves en muros y cimientos, desprendimientos de naves y fachadas, por mencionar algunos ejemplos. Entre estos inmuebles con “daños mayores” se encuentran los conocidos popularmente como la Ruta de los Conventos.
Como factor adicional, el INAH contrató a empresas comerciales con giros comerciales —asesorías fiscales, arreglo de parques y jardines, comercialización de productos agrícolas, etc.— que no tenían nada que ver con la restauración de arquitectura virreinal.
Por ello, varias de las restauraciones fueron mal realizadas, con alteración de las formas y materiales originales.
En 2018, el director general del INAH, Diego Prieto Hernández, avaló cancelar la cobertura contra sismos por los elevados precios de las pólizas.
Para realizar la investigación, periodistas de Quinto Elemento Lab construyeron una base de datos con las especificaciones de todos los inmuebles dañados en 11 estados del país a partir de las respuestas obtenidas a más de 115 solicitudes de acceso a la información, así como decenas de recursos de revisión.