La Catrina es hoy en día uno de los símbolos más representativos de la víspera del Día de Muertos, así como de México ante el resto del mundo. La peculiar imagen de la calavera elegante tuvo origen gracias a la imaginación de José Guadalupe Posada, quien la realizó por primera vez en una calle al interior del barrio bravo de Tepito.
Al igual que parte de los migrantes que se asentaron en la Ciudad de México (CDMX) a finales del siglo XIX y principios del XX, el artista originario de Aguascalientes encontró un hogar en el corazón de la capital. De hecho, fue ahí donde creó la famosa litografía de La Catrina, imagen que no alcanzó el éxito sino hasta después de su muerte.
Fue en una vivienda situada al interior de la vecindad en el número 6 de avenida La Paz, hoy en día conocida como Jesús Carranza al interior del barrio de Tepito, donde José Guadalupe Posada pintó por primera vez, en el año 1913, a una de las calaveras más famosas de la cultura mexicana.
De acuerdo con el historiador Agustín Sánchez González, quien dedicó un artículo a la Catrina en el número 177 de la revista Relatos e historias de México, la famosa ilustración formó parte del extenso repertorio de dibujos y litografías diseñadas por el artista Posada. Incluso, fue una de las ilustraciones que ofreció al impresor Antonio Vanegas Arroyo para su impresión.
Según informó Sánchez González, existen diversos mitos en torno al origen de La Catrina. Uno de ellos consiste en asegurar que José Guadalupe Posada era empleado de Vanegas Arroyo, aunque dicho impresor solamente formó parte de la lista de personas a quienes ofreció su trabajo.
“Posada trabajó para él como lo hizo para media docena de impresores; Vanegas fue un editor comercial que sacaba miles de estampas de ese tipo y muchas más al año; las calaveras y demás obras de Posada se imprimieron y reimprimieron según las necesidades del editor, quien pagaba el cliché a su autor y lo utilizaba cuantas veces fuera necesario y con un sinfín de títulos”, recordó.
De hecho, la ilustración no se dio a conocer con el nombre de La Catrina cuando fue impresa por primera ocasión, pues no tenía un nombre específico. De acuerdo con la investigación de Sánchez González, dicho suceso aconteció en octubre de 1913, es decir nueve meses después de la muerte de su autor.
¿Por qué José Guadalupe Posada nunca disfrutó del éxito de la Catrina?
A pesar de que tuvo la oportunidad de diseñar la famosa litografía, no se dio a conocer al público hasta meses después de la muerte de José Guadalupe Posada. Incluso, tuvieron que pasar años posteriores para que la famosa calavera comenzara a abrirse paso en la cultura popular mexicana, situación en la que tuvo enorme influencia el pintor Diego Rivera.
De acuerdo con el historiador, en el año de 1930 se publicó un libro titulado Monografía. Las obras de José Guadalupe Posada. Grabador mexicano, donde figuró el busto de la calavera. En la edición de dicho libro, cuya introducción corrió a cargo del muralista mexicano, la ilustración fue bautizada con el nombre de La Catrina.
Más allá de solo haber aparecido en el libro, la ilustración de José Guadalupe Posada fungió como inspiración para el muralista. Después de 17 años de la publicación del libro, Diego Rivera empleó la figura de La Catrina como el elemento central de su obra titulada “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”.
Desde entonces, la figura creada por Posada y retomada por Rivera en su obra, se posicionó como un ícono que le ha dado identidad a la cultura mexicana en el mundo.