#NeverForget (”Nunca los olvidaremos”, en español) es el hashtag que este día se usa para honrar a las 2 mil 977 personas que perdieron la vida en el atentando del 11 de septiembre de 2001 en las torres gemelas del World Trade Center (WTC) de la Ciudad de Nueva York, Estados Unidos.
De acuerdo con cifras oficiales del Departamento de Seguro de Nueva York y el Consulado Mexicano, 16 mexicanos perdieron la vida tras el impacto de los dos aviones en el WTC, resultando cinco connacionales identificados por el gobierno de Estados Unidos.
De hecho, los nombres de las víctimas de los connacionales identificados se encuentran en el memorial del 11 S, siendo Antonio Meléndez, Antonio Javier Álvarez y Leobardo López Pascual de Puebla, así como Juan Ortega Campos de Morelos y Martín Morales Zempoaltécatl de Tlaxcala.
¿Qué hay de los otros 6?
De la lista de nombres, anteriormente revelada, el departamento de Nueva York detalló que los cuatro primeros connacionales se encontraban trabajando en el restaurante Windows of the World, en el piso 107 de la torre uno. Las familias de estos cuatro mexicanos, fueron las únicas que recibieron recursos del Fondo Federal de Compensación. Cada una, entre 1.1 y 1.5 millones de dólares como finiquito, de acuerdo con información del consulado México en Nueva York.
Además de esos cinco, lamentablemente otros 6 mexicanos perecieron aquella mañana de 11 de septiembre dentro de las Torres Gemelas:
José Manuel Contreras Fernández, Germán Castillo García, José Guevara González, Fernando Jiménez Molina de Oaxaca, Alicia Acevedo Carranza, Víctor Antonio Martínez Pastrana, Juan Romero Orozco, Jorge Octavio Santos Anaya, Margarito Casillas de Jalisco y Norberto Hernández.
Pudo haber más mexicanos muertos
Por aquella época, la Asociación Tepeyac, dependencia encargada de que promover los derechos humanos de los migrantes mexicanos en Nueva York, indicó que es probable que la cifra de connacionales muertos fue mucho mayor, pero debido a su condición migratoria nunca se supo de su fallecimiento. Cabe resaltar que muchos mexicanos inmigrantes usaban otro nombre, una identificación falsa o simplemente no había registros de que trabajaban en alguna de las Torres del World Trade Center.
Durante la conmemoración del XV aniversario póstumo de las víctimas del 9/11, el consulado mexicano en Nueva York, mediante un comunicado dio a conocer que la bandera de México, rescatada entre los escombros de aquel fatal atentado, se reinstaló en la sede consular de Manhattan.
Diego Gómez Pickerin, aquel entonces cónsul de Nueva York se reunió con las familias de los mexicanos que perdieron la vida en el atentado en el World Trade Center.
“La bandera mexicana que se encontró en la zona de impacto de las Torres Gemelas y su placa alusiva, están ubicadas desde hoy (11 septiembre de 2016) en el primer piso del Consulado General de México en Nueva York.
“El Gobierno de México, a través del Consulado General de México en Nueva York, reitera su solidaridad con el Gobierno y los ciudadanos de Estados Unidos, y expresa su total compromiso con trabajar de la mano de la comunidad internacional para erradicar toda actividad terrorista”, informó el consulado en un comunicado.
El héroe mexicano del 9/11
Una de las historias más significativas para el pueblo estadounidense de aquella fatídica catástrofe, fue protagonizada por un ciudadano mexicano llamado: Rafael Hernández Gómez.
Rafael Hernández fue un bombero de origen mexicano que, como millones de indocumentados, fue a Estados Unidos en busca de mejorar sus condiciones de vida y la de su familia.
De acuerdo con su familia, el hombre rentaba una habitación en Queens, junto con otro de sus compañeros migrantes, esto tras lograr obtener un empleo como vendedor en una tienda de televisiones.
Luego de darle duro al trabajo por seis semanas, Rafael Hernández recibió de su jefe unos días libres, por lo que aprovechó para viajar junto con su compañero a Atlantic City. Ese día verían a unas amigas peruanas en Nueva York. Al salir del metro, se dispusieron a caminar tranquilamente por las calles. De pronto, se escuchó una terrible explosión a sus espaldas. Al ver caer millones de pedazos de metal y papeles, corrieron para salvar su vida.
En ese momento, según cuenta la familia, fue el instinto lo que hizo que Rafael Hernández dejara a su amigo y amigas para correr en dirección al WTC para ayudar a la gente atrapada.
Al llegar, mostró su placa y explicó que era bombero mexicano y que quería ayudar, le ofrecieron algunos elementos del equipo de protección, pero un oficial le hizo ver que no contaba con el material suficiente para mantenerse a salvo. Hernández, sin embargo, no pudo ser indiferente ante tanta urgencia humanitaria e insistió en ayudar.
“Vi cosas terribles, personas lanzándose del edificio por la desesperación de no poder evacuar, miles de personas corriendo despavoridas intentando conservar su vida”, contó Hernández para un medio local. Incluso, relató que aquella ocasión salvó la vida de una mujer y su hija. Ella se encontraba embarazada y él la ayudó a salir sana y salva.
Posteriormente, fue parte del equipo de rescate que se dedicó a ayudar a alzar los escombros de la después llamada Zona Cero; sin embargo, eso le causo al estar en contacto demasiado tiempo con el polvo, eso le pasó factura años después al sentir un extraño cosquilleo en el pecho que no lo dejaba respirar.
Rafael Hernández contó, que su ayuda no se trataba de una cuestión monetaria, sino humana, seguía esperando el cumplimiento de la promesa del gobierno estadounidense, que le dijo que lo ayudaría económicamente y le proporcionaría la atención médica necesaria para solventar los daños ocurridos. Esta ayuda nunca llegó.
Sin embargo, el connacional murió el pasado 25 de septiembre de 2011, al ser encontrado sin vida por su compañero de cuarto de su departamento de Queens tras un daño respiratorio causado por lo inhalado el día de los atentados de 11 de septiembre de 2001.