En la industria cinematográfica, a menudo escuchamos de historias de películas que logran un éxito inesperado en la taquilla. Sin embargo, pocas veces se ha observado un caso tan particular como el de Sonido de libertad. Una cinta que, respaldada por un fuerte apoyo religioso, se estrenó en las salas de México con gran polémica, resultando en un primer puesto durante su primer fin de semana, con $59.5 millones de pesos. Pero, qué está detrás de este sorprendente triunfo?
Dirigida por el mexicano Alejandro Monteverde y producida por Eduardo Verástegui, Sonido de Libertad logró acaparar la atención de 874.6 mil espectadores, proyectándose en 2,676 pantallas a lo largo y ancho del país. A pesar de la fuerte competencia, incluso con películas como Gran Turismo: de jugador a corredor, que se posicionó en el segundo lugar sumando $27.6 millones a sus ya recaudados $77.2 millones en 1,625 pantallas, Sonido de Libertad demostró tener un atractivo especial para el público mexicano.
El apoyo religioso detrás de la película es innegable. Grupos y comunidades cristianas promovieron activamente la cinta en redes sociales, animando a sus miembros y seguidores a acudir a las salas y disfrutar del filme, incluso con boletos que dichos grupos regalaron. Esta movilización, sin duda, tuvo un papel esencial en el éxito taquillero del largometraje.
Sin embargo, la trama se complica cuando se revela que parte de este éxito puede haber sido orquestado por entidades misteriosas. Diversos informes y testimonios de espectadores sugieren que se distribuyen grandes cantidades de boletos gratuitos pagados por grupos desconocidos que se identifican únicamente como “ángeles”.
Incluso, ha surgido un sitio web donde cualquier interesado puede obtener un boleto gratuito para ver Sonido de Libertad. En dicho sitio, propiedad de la casa productora Angel Studios, se puede leer el siguiente mensaje:
“Gracias a los ángeles de nuestra red que ofrecen a Pagar por otros, tendremos un número limitado de boletos gratis para ver Sound of Freedom en los cines.”
Esta táctica, aunque poco convencional, ha avivado el interés y la curiosidad alrededor de la película. “Lleva esta película al mundo para crear conciencia sobre la trata de niños”, informa el portal en donde se describe una cadena de favores que ya supera la meta en un 863 por ciento.
El hecho de que se regalen boletos plantea interrogantes sobre la autenticidad del éxito taquillero de la película. Si bien es cierto que la promoción y el boca a boca son herramientas poderosas, el hecho de los responsables del filme pidan al público que compre boletos para otros podría sugerir que hay un interés particular en asegurar el éxito de la cinta, más allá del mero disfrute del público.
“El negocio redondo de Verástegui y Mel Gibson, productores de Sonido de la libertad: al final de la función, piden a la gente que compre y done boletos. El mexicano le añade una lágrima falsa a su mensaje diciendo que ‘los niños de Dios no están a la venta’. Huele a simulación”, denuncia Jaime López, un reportero de redes sociales. “Si ambos histriones tienen el interés genuino de concientizar a las personas sobre la problemática de la explotación y abuso infantil, no deberían estar solicitando el dinero de las y los cinéfilos, menos cuando ambos tienen repletos sus bolsillos de dólares”.
¿Qué dice la crítica especializada?
Mientras los analistas de la taquilla, y el público interesado por el tema, permanecen atentos al desempeño económico de la película durante los siguientes días, la crítica especializada le ha dado la espalda a Sonido de libertad con recibimientos tibios.
Tanto críticos profesionales en México como en otros países han resaltado los varios defectos de la película. En Rotten Tomatoes la cinta tiene un 61 por ciento de críticas positivas, lo que la convierte apenas en una cinta aprobada. No obstante, en Metacritic, ostenta un 36 por ciento, convirtiéndose así en un filme reprobado con números rojos.
Para el crítico Miles Klee de Rolling Stone el ”Saber que miles de adultos verán la película para después creerse mejor informados sobre una crisis que se pretende esconder... bueno, es profundamente deprimente”.
Mientras que Diego Batlle de OtrosCines.com asegura que “no hay aquí cuestiones ideológicas ni dogmas religiosos que puedan suplir las carencias y excesos dramáticos” de Sonido de libertad.
Por otra parte, el respetado crítico mexicano Alejandro Alemán de El Universal se encuentra en contra de la cinta porque considera que es “un panfleto que banaliza un problema real haciéndolo pasar como un asunto de buenos contra malos, un vil instrumento para sumar adeptos a una causa en la que poco o nada tienen que ver las víctimas y mucho menos el cine”.
Sonido de libertad todavía se encuentra en la cartelera mexicana.