Dos personas que pertenecían a la organización de los Chapitos, del Cártel de Sinaloa, que al parecer daban información sensible a la DEA a espaldas del grupo criminal, fueron ejecutadas.
En una carta dirigida a la subprocuradora general Lisa Mónaco, el senador estadounidense Chuck Grassley cuestionó al Departamento de Justicia (DOJ) por sus decisiones “controvertidas” respecto a la investigación que encabeza la DEA contra la red de tráfico de fentanilo de los hijos del Chapo Guzmán.
Incluso, señaló la aparente falta de colaboración entre las diferentes agencias de seguridad estadounidenses como la causa de que dos informantes de la DEA que trabajaban para el Cártel de Sinaloa fueran ejecutados en México.
Falta de colaboración de la DEA
Agencias como la DEA suelen establecer contacto con miembros de organizaciones criminales poderosas para ofrecerles un acuerdo de cooperación en beneficio de un posible proceso judicial en su contra. Por eso en más de una ocasión miembros de grandes cárteles como el de Sinaloa han trabajado de la mano con autoridades estadounidenses para arrestar a los capos más importantes.
El senador republicano Grassley señaló directamente al Departamento de Justicia por ignorar una serie de cartas relacionadas con la seguridad nacional, caso contrario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), que sí respondió algunas de sus dudas, indicó.
En la misiva dirigida a la subprocuradora, con fecha del 21 de agosto, Grassley hizo énfasis en que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) tiene estrechas colaboraciones con el Departamento de Justicia, el FBI y la DEA.
En 2018, por ejemplo, señaló que la agencia de investigación del DHS, el Homeland Security Investigations (HSI, por sus siglas en inglés), trabajó muy de cerca con la Sección de Estupefacientes y Drogas Peligrosas (NDDS) del Departamento de Justicia (DOJ) para que el Chapo y su hijo Ovidio “El Ratón” fueran designados al año siguiente como objetivos prioritarios de la DEA, específicamente a través del programa Organized Crime Drug Enforcement Task Force Consolidated Priority Organization Targets.
También señaló que en octubre de 2019, durante el polémico y fallido operativo para arrestar a “El Ratón” en Sinaloa, conocido como el “Culiacanazo”, el Homeland Security Investigations estuvo trabajando con sus homólogos mexicanos y reiteró que tras la liberación de Ovido el HSI continuó investigando y tratando de localizar a todos los Chapitos.
Indicó que dichas investigaciones fueron el primer impulso que culminó en una acusación conjunta contra los Chapitos por parte del HSI y el FBI en diciembre de 2022.
No había acusación contra los Chapitos
Sin embargo, subrayó que en ambos casos la Administración de Control de Drogas, simplemente conocida como la DEA, brilló por su ausencia.
De hecho, el senador Grassley mencionó que la DEA desarrolló una especie de competitividad con el Distrito Sur de Nueva York, lo que a su vez aumentó el recelo de su información y su resistencia a colaborar con otras agencias de EEUU. El republicano también señaló directamente a la oficina de la que es responsable Lisa Mónaco, es decir el Departamento de Justicia, por permitir que se desarrollara tal situación.
De acuerdo con los señalamientos del republicano, el Departamento de Justicia (DOF), presuntamente por órdenes de la subprocuradora Lisa Mónaco, ordenó “poner en pausa” todas las operaciones de arresto que tenían sus agencias contra los Chapitos.
Citando a The Nek York Times, el senador Grassley recordó que en mayo de 2022 supuestamente el Departamento de Justicia (DOJ) ordenó a todos sus agentes federales que se “retiraran” de las operaciones de arresto contra los hijos de Guzmán Loera.
Aún así reiteró que pese a tales acciones la Homeland Security (HSI) continuó investigando a los Chapitos porque, según explicó el senador, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) no pertenece al Departamento de Justicia (DOJ) y por lo tanto no se rige bajo las mismas políticas.
En otra parte de la misiva el senador republicano señaló también a la actual directora de la DEA, Anne Milgram, por supuestamente justificar el recelo y el hermetismo de la DEA en sus investigaciones para con el resto de sus pares en Estados Unidos con el argumento de que había sido la primera agencia en investigar al cártel de los Chapitos y su red de tráfico de fentanilo.
En alguna ocasión la propia jefa de la DEA subrayó el hecho de que en aquel entonces, a pesar de que varias agencias investigaban a los hijos del Chapo, ninguna se había atrevido acusarlos directamente.
El senador relató que su oficina recibió información “creíble” de que otras agencias federales tenían la intención de acusar a los Chapitos, pero que la orden que vino desde la oficina de Mónaco impidió que éstas se llevaran a cabo.
En ese fragmento de la carta el senador Chuck Grassley recordó que mientras la subprocuradora Mónaco daba estas órdenes, dos informantes de la DEA que trabajaban para el Cartel de Sinaloa, que al parecer colaboraban con los estadounidenses a cambio de algún beneficio, fueron ejecutados.