México, un país situado en el Cinturón de Fuego del Pacífico, ha sido testigo de eventos sísmicos significativos a lo largo de su historia, destacando los terremotos de 1985 y 2017. Estos dos desastres naturales han dejado una marca imborrable en la memoria colectiva del país y han generado la creencia de que los sismos pueden predecirse.
Estos movimientos telúricos ocurrieron en el mes de septiembre, lo que ha llevado a la percepción de que estos eventos podrían repetirse año tras año en este periodo y su ocurrencia no sigue un patrón regular basado en el calendario.
México experimenta sismos constantemente, muchos de ellos con magnitudes menores a 4, que generalmente pasan desapercibidos para la mayoría de las personas, el hecho de que tiemble en el país, es porque se encuentra en una región altamente sísmica debido a la interacción de placas tectónicas en el Cinturón de Fuego del Pacífico, lo que hace que la actividad sísmica sea una parte inherente de su geología.
¿Qué es un temblor?
Un “temblor” es un término coloquial que se utiliza comúnmente para referirse a un terremoto o sismo. Un terremoto es un fenómeno natural que se produce cuando hay una liberación repentina de energía en la Tierra debido a la ruptura de las rocas en la corteza terrestre.
Esta liberación de energía se propaga en forma de ondas sísmicas, lo que provoca la vibración y el movimiento del suelo. Los temblores pueden variar en magnitud y duración, desde pequeñas sacudidas apenas perceptibles hasta eventos extremadamente destructivos.
Los terremotos se producen debido al proceso en el que las placas de la corteza terrestre se mueven y chocan entre sí. Cuando estas placas se atascan y luego se liberan, la energía acumulada se libera en forma de un terremoto.
La intensidad y la magnitud de un temblor pueden variar ampliamente según la ubicación y las características geológicas de la región.
¿Se pueden predecir los temblores?
A pesar de los avances en la sismología y la capacidad de monitorear y registrar los movimientos telúricos, hasta la fecha no existe un método fiable para predecir cuándo ocurrirá un terremoto específico. Sin embargo, el Servicio Geológico Mexicano revela que en ocasiones, temblores de gran magnitud están precedidos por temblores de menor intensidad, conocidos como temblores premonitorios.
Estos eventos premonitorios son generados al inicio del fracturamiento alrededor de la región focal del gran terremoto, lo que ha suscitado la esperanza de que podrían proporcionar una señal anticipada de un sismo importante. Sin embargo, determinar con certeza que un temblor es premonitorio no es tarea sencilla, ya que no se pueden distinguir de la sismicidad normal de una región.
La detección de temblores premonitorios se complica aún más debido a que solo se reconocen en retrospectiva, en el contexto de la actividad sísmica posterior. Esto significa que, aunque estos temblores menores pueden proporcionar información valiosa sobre la actividad de las fallas geológicas, no ofrecen una herramienta de predicción precisa para anticipar cuándo ocurrirá un terremoto de gran magnitud.
Los expertos enfatizan la importancia de la preparación y la concienciación pública sobre los riesgos sísmicos en lugar de confiar en la predicción de sismos, que sigue siendo un campo de estudio en desarrollo.
Temblores históricos
- Terremoto de México de 1985: Este terremoto ocurrió el 19 de septiembre de 1985 y tuvo una magnitud de 8.0 en la escala de Richter. Fue uno de los más devastadores en la historia de México, causando una gran cantidad de muertes y daños significativos en la Ciudad de México y sus alrededores.
- Sismo de Oaxaca de 2017: El 7 de septiembre de 2017, un terremoto de magnitud 8.2 golpeó la región de Oaxaca y Chiapas. Fue uno de los terremotos más fuertes registrados en México en décadas y causó daños significativos en esas áreas.
- Sismo de Puebla de 2017: El 19 de septiembre de 2017, otro terremoto de magnitud 7.1 golpeó la Ciudad de México y sus alrededores, exactamente 32 años después del terremoto de 1985. Este terremoto causó daños graves y pérdida de vidas en la Ciudad de México y en otros estados cercanos.
- Sismo de Guerrero de 1957: Este terremoto tuvo una magnitud de 7.9 y ocurrió el 28 de agosto de 1957. Causó daños significativos en el estado de Guerrero y otros lugares cercanos.