La explanada central del Estado de México ha sido lugar de un plantón que ha durado tres meses. Los demandantes son parte del colectivo “Haz Valer Mi Libertad”, conformado en su mayoría por mujeres, quienes han alzado su voz en un grito de descontento en contra del sistema de justicia del estado.
La protesta tomó un giro cuando los manifestantes, en un acto simbólico, arrojaron tomates contra la fachada del palacio de gobierno. Además, acompañaron el acto con la consigna: ”Un jitomate podrido para un gobernador podrido”, reflejando, según el colectivo, la profunda frustración y la percepción de corrupción que rodea a la administración estatal, liderada por el gobernador saliente, Alfredo del Mazo Maza.
El mensaje detrás de los jitomates forma parte de una denuncia, por parte del colectivo, al entrever que el sistema de justicia, según ellos, mantiene a miles de personas inocentes tras las rejas. Aseguran que, en la mayoría de los casos, estas personas fueron sometidas a torturas o se les fabricaron delitos para justificar su encarcelamiento. La corrupción, afirman, se ha infiltrado profundamente en la administración de justicia y el sistema penitenciario del estado.
Una de las piedras angulares de su lucha es la falta de respuesta por parte de los jueces locales a las denuncias presentadas por la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México. Esta institución ha documentado numerosas irregularidades en los casos de los mexiquenses detenidos, pero los jueces parecen resistirse a tomar medidas concretas.
Piden acción a diputados
El colectivo exige que los diputados locales asuman una responsabilidad más activa al revisar estos casos con una perspectiva basada en los derechos humanos y la no discriminación. Esta petición se fundamenta en el principio de que todos los individuos tienen derecho a un juicio justo y equitativo.
Las manifestaciones de “Haz Valer Mi Libertad” no se limitan al lanzamiento de jitomates. Han recurrido a tácticas visuales impactantes para transmitir su mensaje. Los manifestantes han pintado sus espaldas como lienzos de protesta, con imágenes que representan las condiciones inhumanas que prevalecen en las prisiones. Las huellas de manos rojas que decoran la explanada son un testimonio visual de la violencia y la tortura que denuncian.
Otro punto de preocupación para el colectivo es la falta de aplicación de la amnistía en casos en los que la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México ha recomendado la liberación debido a violaciones de derechos humanos durante los procesos penales. A pesar de la documentación exhaustiva y los protocolos de Estambul respaldando las denuncias de tortura, los jueces muestran resistencia a liberar a los acusados.
“Haz Valer Mi Libertad” se originó en 2020 como respuesta a la injusticia y la corrupción percibidas, para de esta manera dar un apoyo civil a la sociedad que haya sido víctima de algún tipo de violencia ejercida por las dependencias del estado. El apoyo del Centro de Derechos Humanos Zeferino Ladrillero ha sido fundamental en su lucha por la justicia y la libertad de aquellos a quienes consideran víctimas del sistema, ya sea por la mala deliberación en su juicio penal, o las omisiones y corrupción que hayan enfrentado en sus casos penales.