La crisis de personas desaparecidas en México ha ido ganando visibilidad a nivel nacional e internacional al mismo tiempo que la sociedad se ha tornado para ver a las víctimas, pero ellas coinciden en que el escenario que buscan es encontrar a sus familiares, algo que no sucede.
Este miércoles 30 de agosto, Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, centenares de colectivos de búsqueda dejarán a un lado las palas y los fierros con los que buscan a sus familiares a lo largo y ancho del país para salir a las calles y reclamar, una vez más, que México cambie de rumbo.
Se contabilizan de manera oficial más de 111 mil personas desaparecidas o no localizadas en México y, según investigaciones de organizaciones y buscadoras, son 52 mil los restos humanos que permanecen en dependencias públicas sin identificar.
“Ha habido mayor presencia del tema mediáticamente, pero lamentablemente es debido a que hay un aumento en todo el país. Los resultados serían encontrar a las personas desaparecidas, pero lamentablemente vemos que no está ocurriendo”, declaró en entrevista a la agencia EFE Jorge Verástegui, activista y buscador de su hermano y su tío, Antonio Verástegui y Antonio Jesús Verástegui respectivamente, desaparecidos hace 14 años en Coahuila.
El hombre destacó que las desapariciones continúan sucediendo, algo que agrava todavía más el problema y lo convierte en una espiral que las autoridades no están logrando frenar.
No es una prioridad
María Luisa Aguilar, coordinadora del área internacional del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh), consideró que el hecho de que sean las propias familias las que tengan que buscar a sus familiares desaparecidos “es muy grave” al igual que la inseguridad que afrontan.
Ambos coincidieron en que terminar la lacra de las desapariciones no es una prioridad para el Gobierno actual como tampoco lo fue para los anteriores.
Verástegui consideró que la sociedad está dividida, por lo que causas sociales como las desapariciones quedan al margen de las discusiones.
Asimismo, las víctimas enfrentan la descoordinación entre las diversas instancias responsables del tema, un asunto que el presidente, Andrés Manuel López Obrador, se había comprometido a resolver.
“El gran tema de la falta de coordinación entre las instituciones fue el tema central desde el día uno en esta materia y no es menor”, estableció Aguilar.
Una oportunidad perdida
En noviembre de 2017, fruto del trabajo de los colectivos de búsqueda y organizaciones civiles, se publicó la Ley General en Materia de Desaparición Forzada de Personas, Desaparición Cometida por Particulares y del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas, para establecer la distribución de competencias y la forma de coordinación en esta materia.
La ley descongestionaría un sistema saturado en el que no hay cabida para una búsqueda efectiva ni tampoco para la justicia o la prevención.
Sin embargo, Verástegui y otros familiares consideran que, a un año de que termine la Presidencia de López Obrador, la oportunidad que esa ley brindaba para desarrollar un sistema nacional de búsqueda se ha perdido.
La extitular de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), Karla Quintana, quien dimitió hace siete días, comprendió mal, aseguró Verástegui, las funciones del organismo, que los familiares esperaban que operase como ente buscador.
“Ella se asumió como un cuasi Ministerio Público y desvirtuó completamente lo que esperábamos de una comisión que buscara. Nos quedamos con una especie de comisión federal que se autopercibía como un ente meramente coordinador”, detalló Verástegui.
Asimismo, López Obrador anunció un nuevo censo, cuyo objetivo las familias no comprenden porque, aseguraron, carece de metodología y es un gasto de esfuerzos y de presupuesto no necesario.
Además, la Ley ya establece la creación de otros registros, como el Banco Nacional de Datos Forenses, que todavía no operan de manera adecuada.
El rostro de las personas desaparecidas
Ante esto, los colectivos buscan maneras de ser escuchados y de que su trabajo se refleje de manera efectiva.
Y lo hacen mediante herramientas como la Glorieta de las y los desaparecidos, tomada por familiares en mayo de 2022 para poner rostro a sus allegados no localizados en la vía más importante de la capital mexicana, la avenida Paseo de la Reforma.
Sin embargo, se encontraron con que Claudia Sheinbaum, la exjefa de gobierno y ahora una de las contendientes a candidata del gobernante Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en las elecciones generales de 2024, menospreció el problema, según indicaron.
Pero Verástegui recordó que, cuando quienes están en el gobierno se vayan, los desaparecidos y sus familiares seguirán presentes.
“Ellos tienen un cargo muy definido temporalmente, a nosotros nos define si encontramos o no nuestros familiares; entonces ellos se van a ir, nosotros nos hemos quedamos aquí”, sentenció.