Secretaría de Educación informó que hay 2.9 millones de estudiantes en la CDMX; van contra deserción escolar

En cifras importantes, la educación media superior acoge a 643,349 jóvenes, con edades comprendidas entre 15 y 18 años

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La educación media superior acoge a 643,349 jóvenes, con edades comprendidas entre 15 y 18 años. (CUARTOSCURO)
La educación media superior acoge a 643,349 jóvenes, con edades comprendidas entre 15 y 18 años. (CUARTOSCURO)

La Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación, representada por Ofelia Angulo Guerrero, ha presentado datos esclarecedores sobre el impacto del Sistema Educativo en la metrópolis, el cual abarca a más de 2.9 millones de estudiantes en todos los niveles académicos, desde la educación básica hasta la educación superior.

En el contexto educativo de la Ciudad de México, la educación básica se encarga de atender a una matrícula que asciende a 1,389,651 niñas y niños. Esta vertiente educativa se segmenta en dos sectores: el público y el privado. En estos niveles, se reparten aproximadamente 7,540 escuelas. Un contingente de más de 74,000 educadores se alista para inaugurar el ciclo lectivo, destacando que 54,000 de ellos forman parte del sector público.

La educación media superior acoge a 643,349 jóvenes, con edades comprendidas entre 15 y 18 años, los cuales se preparan para continuar de manera significativa su nuevo ciclo escolar. Por ende, la mayoría de esta población educativa encuentra su lugar en instituciones de carácter público, abarcando cerca del 90%. En esta franja, más de 41,000 docentes conforman el cuerpo docente que impulsa este nivel educativo.

El gobierno ha implementado estrategias encaminadas a reducir la deserción escolar prematura. Foto: Karina Hernández / Infobae
El gobierno ha implementado estrategias encaminadas a reducir la deserción escolar prematura. Foto: Karina Hernández / Infobae

Educación superior, a la alza

Las fronteras educativas de la Ciudad se amplían aún más en el ámbito de la educación superior. Con 676 instituciones, de las cuales 248 pertenecen al ámbito público, la ciudad se convierte en un epicentro educativo que atrae a 887,945 jóvenes en busca de licenciaturas y posgrados. Los pasillos de estas instituciones resonarán con casi 60,000 docentes, cuya presencia de vera repartida en los próximos años, al tiempo que siguen adelante con su vida escolar.

Sumado a ello, un contingente similar de 27,000 educadores en el sector privado contribuye a la formación de la educación en la capital, al formar parte de los próximos docentes que serán parte del nuevo ciclo escolar en la capital.

En este panorama educativo, dos estadísticas se destacan como referentes que iluminan la senda educativa. La tasa neta de cobertura, la cual engloba a jóvenes en el rango ideal para la educación superior (18 a 22 años), se sitúa en un 56 por ciento, dibujando un panorama de accesibilidad y alcance.

La garantía de que todos los jóvenes entre 12 y 15 años accedan y concluyan la educación secundaria. (Foto: Secretaría de Seguridad Ciudadana)
La garantía de que todos los jóvenes entre 12 y 15 años accedan y concluyan la educación secundaria. (Foto: Secretaría de Seguridad Ciudadana)

En un contrapunto llamativo, la tasa bruta de cobertura, que trasciende los límites etarios, sorprendentemente asciende a 102.8 por ciento, reflejando que la Ciudad actúa como un foco de atracción educativa, convocando a estudiantes de todos los confines del país.

No obstante, en la Ciudad de México, se mantienen desafíos de envergadura. Los cimientos de la educación en México se someten a pruebas en áreas cruciales como el acceso equitativo, la calidad educativa y la atención a sectores marginados. La garantía de que todos los jóvenes entre 12 y 15 años accedan y concluyan la educación secundaria con niveles óptimos de aprendizaje sigue siendo un reto esencial.

En respuesta a estas problemáticas, el gobierno ha implementado estrategias encaminadas a reducir la deserción escolar prematura. El Movimiento contra el Abandono Escolar pretende cerrar esta brecha de deserción. La identificación de factores de riesgo, las tutorías académicas y la orientación vocacional emergen como soluciones para retener a los estudiantes en la senda educativa.

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