Durante la madrugada del 20 de agosto, habitantes de Reynosa, Tamaulipas, alertaron sobre la presencia de presuntos sicarios que, con maquinaria pesada, derribaron cámaras de vigilancia en distintos puntos de la ciudad.
Los reportes comenzaron a difundirse en redes sociales poco antes de las dos de la mañana. Mediante fotografías y videos, fue posible ver a distintos grupos de civiles armados, supuestamente miembros de un cártel asentado en el territorio fronterizo, dañando las instalaciones del Centro General de Coordinación, Comando, Control, Comunicaciones, Cómputo e Inteligencia (C5i).
Los actos fueron perpetrados sin que ninguna autoridad interviniera, a pesar del uso de vehículos pesados como excavadoras y tráileres.
Fue horas después, pasadas las nueve de la mañana, que la Vocería de Seguridad Pública y de Protección Civil del estado emitió un pronunciamiento oficial, en el que confirmó afectaciones a 14 puntos del sistema de monitoreo.
“Se vandalizaron 14 sitios de videovigilancia con armas de fuego y el derrumbe de postes con vehículos. A través de monitoreo, se logró visualizar los vehículos empleados, los cuales se utilizarán para el seguimiento e investigación de las autoridades correspondientes”, fue el breve mensaje emitido por la institución.
Pese a que se tienen imágenes de las unidades utilizadas para tirar los postes del C5i, ninguna autoridad ha identificado a las personas responsables por estos actos.
A través de plataformas como Facebook y Twitter, pobladores de la ciudad denunciaron que la Guardia Estatal no respondió a los llamados por estos ataques al equipo de monitoreo. Además, diversos testimonios refirieron que los postes permanecieron tumbados en distintas vialidades hasta alrededor de las nueve de la mañana.
El derrumbe de las estructuras de comunicación y vigilancia no es una práctica nueva entre los grupos criminales, pues es una estrategia con la que pretenden cegar a las autoridades y evitar cualquier tipo de rastreo a sus actividades en ciertas zonas.
Guerra interna en el Cártel del Golfo, la causa de la violencia en Reynosa
Acorde con reportes extraoficiales, los comandos armados que habrían dañado la infraestructura del C5i podrían estar alineados a Los Metros, una escisión del Cártel del Golfo con una fuerte presencia en la zona que mantiene una intensa disputa territorial con el Grupo Escorpión, otra célula de la misma organización.
Los Metros, surgidos a finales de la década de 1990, actualmente sostienen alianzas con la facción de Los Zetas Vieja Escuela (ZVE) para hacerle frente a la facción liderada por José Alberto García Vilano, alias “La Kena” o “Ciclón 19″.
Sin embargo, según un mensaje recientemente difundido por el Grupo Escorpión, ese no sería el único nexo que han establecido Los Metros, pues aparentemente estarían colaborando también con el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
De acuerdo con una narcomanta colocada por el Grupo Escorpión a principios de julio en Reynosa, Los Metros estarían desviando “ingresos” del Cártel del Golfo hacia el estado de Jalisco para beneficiar al grupo de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”.
Esto sería a través de un sujeto identificado como César Morfín Morfín, alias “El Primito”, quien funcionaría como un enlace entre el cártel de las cuatro letras y Los Metros.
Además de las anteriores pugnas por el dominio del territorio, la supuesta colaboración entre Los Metros y el CJNG sería un motivo adicional de descontento al interior del Cártel del Golfo, pues varios frentes se han posicionado en contra del tráfico de drogas sintéticas.
“‘Morfines’ hoy en día no todos confían en ustedes han envenenado al pueblo con su cristal y a la empresa con tus traiciones, ‘Primito’”, pudo leerse en una parte del mensaje de Los Escorpiones.