A finales de junio, personal naval de la Secretaría de Marina (Sermar) aseguró un semisumergible que transportaba 3.7 toneladas de cocaína en costas del Pacífico, cargamento proveniente de Colombia y que pertenecía al Cártel de Sinaloa, organización que se caracteriza por utilizar este tipo de transporte también conocido como “narcosubmarino”.
A través de una solicitud de información a la Marina, Infobae México constató que de 2019 a la fecha, la máxima autoridad marítima ha incautado seis tipos de sumergibles y semisumergibles, mientras que reportó el hallazgo de otras ocho embarcaciones con estas características en costas mexicanas.
El “narcosubmarino” asegurado el 27 de junio ha sido el más grande en tamaño desde el 2008, ya que se trata de una embarcación de 26 metros de longitud, dos motores internos, velocidad promedio de ocho nudos y autonomía de 20 días.
En tanto, los 3 mil 734 kilogramos de cocaína que eran transportados en esta embarcación semisumergible autopropulsada, como las identifica la Marina, representan el cargamento más grande incautado del 2019 a la fecha.
En las otras cinco embarcaciones incautadas y consideradas por las autoridades como de bajo perfil, se logró el decomiso de 3 mil 634 kilogramos de cocaína.
“Del 2008 a la fecha se han registrado 16 eventos, siete aseguramientos y nueve hallazgos con un total de 13,190 kgs. de cocaína asegurada”, mencionó la Semar a Infobae México, en donde se menciona que una embarcación de bajo perfil fue incautada con 5 mil 821 kg de droga.
De acuerdo con autoridades colombianas, lugar donde provenía este cargamento del Cártel de Sinaloa, en el país sudamericano hay personas que se han especializado en la construcción de estos semisumergibles, a los que les adaptan sistemas de navegación más estables y funcionales que les permiten reabastecerse de gasolina y comida en el mar.
En un análisis realizado por Insight Crime, medio especializado en temas de narcotráfico y seguridad, se menciona que algunos grupos del crimen organizado “subcontratan redes especializadas en la construcción de semisumergibles para el tráfico de drogas”.
Con ello, según se asegura en el reporte, “la cadena de producción y distribución de narcóticos ya no está a cargo de un solo grupo criminal, sino que existen otros eslabones en el mercado que facilitan las dinámicas”.
“Esta subcontratación supone la reducción de costos para los traficantes de droga, quienes no tienen que concentrarse de toda la logística para el envío de cocaína, sino sólo coordinar con eslabones más pequeños”, apuntó el medio.
Quizá por esta razón, las autoridades colombianas han encontrado narcotraficantes de diferentes organizaciones criminales que se unen para el envío y cubrir los costos de estas embarcaciones que pueden valer millones de pesos.
La Armada Nacional de Colombia aseguró en noviembre del 2020 que los semisumergibles tienen sistemas eléctricos con capacidad de navegación submarina de 12 horas y miden aproximadamente de 45 metros de largo, aunque no en todos los casos. Estos sistemas eléctricos les permiten recargar las baterías y hacerlos autónomos en mar abierto.
Algunas de estas embarcaciones están hechas con fibra de vidrio para camuflar cargamentos de clorhidrato de cocaína, además de contar con dispositivos electrónicos para la navegación.
Estos navíos están diseñados para poder navegar con la mayor parte del casco sumergido, desplazándose a ras del agua, lo que los hace casi invisible entre las olas y difícil para detectar por los radares. Estas embarcaciones también son usadas por los narcotraficantes para los envíos de droga a Europa y Asia.
Marina golpea abastecimiento de semisumergibles en alta mar
Días después de la incautación de este “narcosubmarino” del Cártel de Sinaloa, la Secretaría de Marina también realizó un desmantelamiento de 15 plataformas de abastecimiento usadas por estas embarcaciones en el océano Pacífico, en donde los narcotraficantes recargan combustible, comida y hacen intercambio de droga.
Las plataformas estaban ubicadas en las costas de Colima, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas.
Uno de estos centros de abastecimiento fue localizado a 212 millas náuticas del Puerto de Manzanillo, Colima. En el Puerto de Lázaro Cardenas, Michoacán, se encontraron tres, mismas que estaban a 27, 130 y 205 millas náuticas, respectivamente.
Guerrero es uno de los estados donde más se han encontrado este tipo de plataformas abastecedoras, al ser localizadas y desmanteladas seis de éstas, todas ellas cercanas al Puerto de Acapulco. En Oaxaca se encontraron tres de estos sitios y en Chiapas dos más.
El desmantelamiento se dio tras el seguimiento de la autoridad marítima a las embarcaciones ilícitas más allá de la Zona Económica Exclusiva, es decir, hicieron un rastreo pasando los límites de mar que le pertenecen a México.
Además de la reubicación de unidades operativas a áreas estratégicas se ha permitido que, en lo que va de este 2023, se hayan asegurado casi 60 mil litros de combustible, 69 motores, 616 bidones, más de 119 toneladas de metanfetamina y 121 personas han sido detenidas.
Estas plataformas forman parte de la ruta del tráfico de drogas que comienza en Sudamérica y que van de paso por México, con algunas escalas en el territorio mexicano, como en Chipas, Guerrero y otros estados del Océano Pacífico.
De acuerdo con la Dirección de Antinarcóticos de la Policía de Colombia, que también fue consultada por Infobae México, “las organizaciones criminales colombianas y mexicanas se alían para generar el envío de clorhidrato de cocaína y armas, para así fortalecer el control de las diferentes rutas del narcotráfico. La alianza principal es la producción de estupefacientes y el lavado de activos”.