La esperada presencia de Lana del Rey ilumina el escenario del Foro Sol los días 15 y 16 de agosto, marcando su ansiado regreso a México como parte de su gira de 2023.
La artista originaria de Nueva York, Estados Unidos, hace su reaparición en los escenarios mexicanos después de su cautivadora actuación en el festival Corona Capital en 2016, donde dejó una profunda impresión en una multitud de aproximadamente 70 mil espectadores.
Desde su memorable presentación en el festival, donde dejó a una multitud de seguidores sin aliento, no había vuelto a pisar los escenarios mexicanos.
La llegada de Lana del Rey a México no solo promete deleitar a sus fervientes seguidores, sino que también refleja un vínculo especial con el país y su público apasionado. Antes de su magistral concierto en uno de los recintos más prominentes de México, la icónica cantante ha dedicado tiempo a sumergirse en la cultura y conectarse con sus admiradores en la vibrante capital.
En los días previos a su impactante presentación en solitario, Lana del Rey se ha aventurado a explorar los mercados de artesanías de Coyoacán y la Ciudadela, compartiendo momentos de cercanía con quienes la siguen. Más allá de la música, la artista ha demostrado su interés en absorber la riqueza cultural de la ciudad.
Un regreso que va más allá de la música
Su regreso a México trasciende las notas melódicas; Lana del Rey ha estado inmersa en la esencia de la Ciudad de México, estableciendo conexiones con sus fans y explorando la rica diversidad cultural que la metrópolis tiene para ofrecer. Ha recorrido los coloridos mercados de artesanías de Coyoacán y el icónico recinto de la Ciudadela, compartiendo momentos íntimos y creando memorias entrañables con sus seguidores.
La audaz cantante también ha explorado uno de los destinos más icónicos para artistas extranjeros en México: la Casa Azul, Museo Frida Kahlo
La Casa Azul es un destino emblemático para los artistas internacionales que visitan México, y en el caso de Lana del Rey, representa un encuentro con el legado de Frida Kahlo, uno de los íconos más trascendentales de la historia de México.
Frida Kahlo, famosa por su arte introspectivo y su vida apasionada, está inextricablemente vinculada a episodios memorables, como su tumultuosa relación con Diego Rivera y su conexión con León Trotsky, el exiliado líder comunista que encontró refugio en Coyoacán.
La Casa Azul, en su 65 aniversario, presenta una exposición reveladora de más de 200 piezas, algunas de ellas inéditas, que ofrecen una visión enriquecedora y completa del legado perdurable de Kahlo.
El día de ayer fue su primera presentación en donde tuvo un setlist de 23 canciones, dentro de las cuales destacan sus éxitos: Young and Beautiful, Blue Jeans, Ultraviolence, Born to Die, Summertime Sadness, Get Free, Video Games, entre otros.
La Casa Azul de Frida Kahlo
En el corazón del histórico barrio de Coyoacán se encuentra la Casa Azul, un recinto que trasciende el tiempo y que resguarda los misterios, pasiones y creaciones de una de las figuras más icónicas de la historia mexicana y del arte mundial: Frida Kahlo. Mucho más que un museo, la Casa Azul es un portal a la vida y alma de una artista cuyo legado sigue cautivando a generaciones.
Con su exterior pintado en tonos de azul intenso, la Casa Azul atrae a visitantes de todo el mundo, seducidos por el aura mágica y la poderosa energía que emana de sus paredes.
El nombre oficial del museo es el Museo Frida Kahlo, y es un sitio que trasciende los límites del tiempo, ofreciendo una mirada íntima a la vida, obra y espíritu inquebrantable de Frida.
Frida Kahlo nació y creció en esta casa, donde más tarde vivió con su esposo, el famoso muralista Diego Rivera. Sus paredes han sido testigos de amores tumultuosos, luchas personales y el florecimiento de un talento único. Cada rincón es un portal a su mundo interior, donde se exploran sus obras maestras, diarios personales y artefactos que cuentan la historia de su vida extraordinaria.
La Casa Azul es más que un museo de arte; es un archivo viviente que celebra la visión inquebrantable de Frida. Los visitantes tienen la oportunidad de sumergirse en sus emociones a través de sus obras, explorar la transformación de su identidad y conectarse con la complejidad de su espíritu. En cada pincelada y en cada objeto cotidiano, se revela la pasión y el dolor que alimentaron su arte.