La vida de Cantinflas, quien nació un día como hoy hace 112 años, siempre estuvo envuelta en mitos, pues acostumbró ser una persona cerrada con su vida personal, aunque muy público con su imagen.
Uno de los rumores sobre su forma de ser, que supuestamente contradecía lo que representaba en la pantalla grande con personajes de bajos recursos y humildes.
Hubo quienes lo acusaron de ser hostil y que en muchas ocasiones habría mostrado desdén hacia las personas que no estaban a su mismo nivel socioeconómico, esto porque siempre hablaba con un trabajado léxico, vestía con la mejor ropa y normalmente era visto con personas acaudaladas.
Otra cosa que fomentó este rumor fue el hecho de que, al final de su carrera actoral, se volvió cercano a algunos políticos del Partido Institucional Revolucionario (PRI).
Cuando desapareció la Dirección Federal de Seguridad (DFS), se reveló que en algunas ocasiones habría trabajado para el PRI por beneficio personal, no por ayudar al pueblo
Fue tal su relación con el partido, que asistió a varias reuniones y fue considerado para lanzarlo como candidato a la presidencia en 1982, pues simpatizaba con los mexicanos.
No obstante, en realidad el actor siempre actuó en favor de los pobres, inclusive una de las frases más famosas del Mimo de la gabardina blanca fue: “Hay que acabar con los pobres... no con los ricos”.
Lo dijo en El Padrecito, donde da un largo discurso del por qué la sociedad debe buscar acabar con la pobreza, repartiendo la fortuna que solamente algunas personas poseen.
Mario Moreno: fundador del Sindicato Nacional de Actores y La Casa del Actor
El protagonista de Ahí está el detalle siempre se mostró afín a ayudar a sus compañeros, a mejorar sus condiciones laborales y a que cobraran lo que se merecían por el trabajo que hacían.
Por ello, se reunió con un grupo de histriones que simpatizaron con él en esta causa, entre ellos Jorge Negrete y el hermano de Luis Echeverría, Rodolfo Landa.
Aunado a esto, una vez que ya habían creado el Sindicato Nacional de Actores (hoy Asociación Nacional de Actores, ANDA), un día vio a dos actrices afuera del Teatro Insurgentes en situación de calle y no dudó en ayudarlas.
Las artistas eran Enrique Mojardín y Elvira Tubet, ambas españolas. Las histrionisas eran mayores y no quería contratarlas más por su edad, por lo que ambas tenían que pedir dinero para sobrevivir.
Cuando Cantinflas se dio cuenta de que ellas no eran las únicas en esta situación, decidió hacer algo por ayudarlas con sus medios, creando La Casa del Actor junto a Jorge Negrete, Fernando Soler, Jorge Mondragón, y María Teresa Montoya, quienes para entonces estaban al frente del sindicato.
Además de esto, desde que se retiró de la actuación, se dedicó en gran parte a repartir parte de su fortuna en algunas asociaciones, donando dinero.
Uno de sus actos filántropos fue en Zacatelco, en Tlaxcala, donde donó 5 mil pesos mexicanos de 1967 (que hoy serían poco más de 30 mil pesos según el cambio) para que hicieran un parque. Las personas a las que les entregó el dinero solamente habían ido a invitarlo para la inauguración, pero ya que él no pudo ir, les firmó un cheque.
Algo similar sucedió en Comas, Perú, donde ofreció apoyar económicamente para la creación del Palacio Municipal; no obstante, esto no sucedió debido a problemas dentro del gobierno del distrito.
Por otra parte, el Ballet Nacional Cubano registró que en sus peores momentos económicos, uno de los que donó para que la organización no dejara de existir fue Mario Moreno, quien además insistió al gobierno mexicano subvencionara a la compañía.