Los Choneros y el Cártel de Sinaloa: la temible alianza que sumergió a Ecuador en una ola de violencia

Los nexos entre ambos grupos criminales acapararon la atención luego de las amenazas contra Fernando Villavicencio, candidato presidencial asesinado en un mitin en Quito

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El Cártel de Sinaloa expandió
El Cártel de Sinaloa expandió sus operaciones a Ecuador a principios de los 2000.

La presencia de los cárteles mexicanos en distintas latitudes de América Latina, específicamente en Ecuador, no es algo nuevo y uno de los que ha estado en la mira de las autoridades de aquel país por casi 20 años es el Cártel de Sinaloa (CDS).

El nombre de dicha estructura criminal volvió a ser motivo de interés el 31 de julio, cuando el candidato a la Presidencia, Fernando Villavicencio, denunció haber sido víctima de amenazas contra su vida. Las intimidaciones, lamentablemente, se hicieron realidad el 9 de agosto, pues fue asesinado a tiros luego de acudir a un mitin en la ciudad de Quito.

Según las propias palabras del hoy occiso, el personaje que estaría detrás de las advertencias en su contra es José Adolfo Macías Villamar, alias “Fito”, líder de Los Choneros, un brazo operativo con el que el cártel mexicano ha logrado coordinar sus negocios ilícitos en Ecuador.

Los orígenes de Los Choneros se remontan a la década de 1990, cuando su fundador Jorge Bismark Véliz España, alias “Teniente España”, inició su carrera criminal como distribuidor de estupefacientes.

Los Choneros surgieron en la
Los Choneros surgieron en la ciudad de Chone en la década de 1990. (Policía Nacional).

Con el paso de los años, esta banda extendió sus operaciones y se convirtió en el brazo armado de un cártel colombiano con conexiones en México y Estados Unidos. Según reportes de las autoridades ecuatorianas, el Cártel de Sinaloa llegó al país en el año 2000 y rápidamente forjó alianzas con Los Choneros.

Para entender el interés del cártel mexicano por controlar el territorio de Ecuador, el periodista Óscar Balderas —especialista en temas de seguridad— compartió en redes sociales algunos puntos sobre la importancia geográfica de aquella nación.

“Ecuador está arriba de Perú, abajo de Colombia, a lado de Bolivia. La trifecta de la cocaína. Desde puertos como Guayaquil se pueden enviar drogas hacia México, pero también desde regiones como Cuenca se pueden instalar laboratorios para crear drogas de diseño escondidos en lo profundo de la selva”, explicó en una publicación.

Otro detalle relevante que el periodista resaltó en este sentido es que Ecuador tiene conexiones con México, a Estados Unidos y Asia. “También puede ser el punto de salida vía terrestre hacia Brasil, de donde sale la droga hacia África”.
Ecuador juega un papel fundamental
Ecuador juega un papel fundamental en el negocio transnacional de tráfico de drogas. (REUTERS/Karen Toro)

Los vínculos entre Los Choneros y la organización del narco mexicano se hicieron evidentes en 2003 con la captura de César Fernández, exgobernador de la provincia de Manabí que fungió como intermediario entre el CDS y el grupo del “Teniente España”.

Los tentáculos del CDS en Ecuador alcanzaron incluso al Ejército, pues uno de sus principales colaboradores durante la primera década de los 2000 fue el excapitán Telmo Castro Donoso, alias “El Capi”. Bajo su coordinación, el grupo criminal usaba vehículos militares para trasladar cocaína desde Colombia hasta México.

Para 2013, cuando Telmo Castro fue capturado e ingresado a la Penitenciaría del Litoral, Los Choneros ya habían asumido por completo las operaciones de narcotráfico del CDS. En ese entonces, su máximo líder era Jorge Luis Zambrano, alias “Rasquiña”.

Y aunque los asociados al CDS mantuvieron el control del negocio criminal durante algunos años, Ecuador vivió un súbito incremento en la violencia con la llegada del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), que ha tratado de hacerse con el dominio.

Los Lobos y Los Tiguerones
Los Lobos y Los Tiguerones son células aparentemente apadrinadas por el CJNG en Ecuador. (Foto: Twitter/@aisdmx)

Los combates entre los asociados de ambas organizaciones, así como las disputas internas en Los Choneros tras el asesinato de “Rasquiña” en diciembre de 2020, han inundado al país sudamericano en un mar de sangre, perceptible principalmente en los centros penitenciarios.

Una de las medidas con las que el gobierno ecuatoriano pretendía erradicar a estas pandillas fue dispersar a sus líderes y miembros en distintas cárceles. Sin embargo, esto llevó a la creación de subgrupos que detonaron aún más episodios violentos.

Tan solo en 2021, en los meses de febrero y septiembre, ocurrieron dos de los motines carcelarios más sangrientos de Ecuador, en los cuales fueron asesinados casi 200 presos como resultado de estos enfrentamientos.

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