Ante los recientes y cada vez más constantes ataques con explosivos controlados a las fuerzas de seguridad, las autoridades de Jalisco informaron que invertirán aproximadamente 40 millones de pesos en la compra de equipamiento para reforzar al escuadrón antiexplosivos de la Policía del Estado.
Mencionaron que también buscarán replicar en más zonas el estado su grupo especializado de Técnicos Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos (TEDAX o Tédax), encargado de neutralizar cualquier amenaza potencial que pueda generar un daño mediante explosivos.
“Está muy bien reforzado, vamos hacer unas compras adicionales de un equipamiento que esté a la altura de estos retos a los que nos estamos enfrentando”, señaló el coordinador del Gabinete de Seguridad, Ricardo Sánchez Beruben.
“También hay que generar una réplica de lo que son los TEDAX, un fortalecimiento a todas las comisarías metropolitanas para que puedan estar teniendo las herramientas mínimas indispensables para atender este tipo de servicios. Ya lo hemos estado haciendo con el Instituto de Ciencias Forenses en capacitaciones en procesamiento del lugar de los hechos con orientación a arma de fuego y explosivos”, subrayó.
Sánchez Beruben explicó que la Policía del Estado ha asegurado una cantidad considerable de explosivos caseros principalmente en los municipios de los altos de Jalisco que colindan con Zacatecas, aunque también los del sureste, limítrofes con el estado de Michoacán.
Incluso detalló que en los primeros dos meses del 2023 el personal de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado ha asegurado más de la mitad del total de los explosivos asegurados desde 2013 hasta 2022 en Jalisco.
En el período que abarca desde enero de 2013 a febrero de 2023, se habían registrado 101 artefactos explosivos de fabricación artesanal, de los cuales 61 fueron encontrados entre los últimos meses de enero y febrero. Esto se traduce en el 60 por ciento.
Mañana se cumple un mes del ataque con explosivos que dejó seis policías muertos en el estado de Jalisco, calidicado como una agresión “sin precedentes” y un “desafío” para el Estado mexicano por el gobernador local Enrique Alfaro.
“Se trata de un hecho sin precedentes que pone de manifiesto de lo que son capaces estos grupos de la delincuencia organizada. Este ataque representa también un desafío contra el Estado mexicano en su conjunto”, señaló Alfaro.
México no había registrado ataques de esta naturaleza en el pasado. Sí se habían visto agresiones con “coches bomba”, el último de ellos ocurrido la noche del pasado miércoles 28 de junio en Celaya, Guanajuato, donde al menos 10 elementos de la Guardia Nacional resultaron heridos, tres de ellos en estado crítico; o el atentado contra el Mayo Zambada en 1994 afuera de un hotel de Guadalajara que mató a cinco personas, pero no se habían registrado explosiones aparentemente controladas por vía remota.
“Lo que no habíamos visto era artefactos explosivos improvisados en carreteras, y sobre todo que atacaran a nuestras fuerzas de seguridad. Esto sí es algo inédito y muy preocupante porque, además de todas las amenazas que enfrentan, nuestros organismos de seguridad ahora se tienen que preocupar también por este tipo de sucesos”, aseguró a Infobae México el consultor de seguridad y Fuerzas Armadas, Alexei Chévez Silveti.
Expertos en seguridad no han dudado en calificar la agresión de Tlajomulco de Zúñiga como un hecho con tintes terroristas, abriendo una vez más el debate sobre qué es lo que se considera “terrorismo” en México.