Pese a haber quedados eliminados ante el acérrimo rival y terminar el partido con los ánimos más que encendidos entre ambas plantillas, el siempre polémico guardameta de los Tigres, Nahuel Guzmán, reconoció la derrota y felicitó a los jugadores de Monterrey. De igual manera, destacó que la forma en la que el “Patón” resguardó entre sus brazos a un niño que invadió la cancha para poder saludarlo.
Cuando parecía que el “Clásico regio” en los octavos de final de la presente Leagues Cup se definiría en la tanda de penaltis, los Rayados de Monterrey terminaron sentenciando el encuentro gracias a una pena máxima señalada en los minutos finales del encuentro, misma que ejecutó de excelente manera el fichaje “bomba” de “La Pandilla”, el español Sergio Canales.
Como era de esperarse, a raíz del tanto de los blanquiazules al 90+7, el ambiente en la cancha del Shell Energy Stadium se tornó más que tenso y sobretodo en la plantilla de los Tigres, quienes tacharon de mal marcado el penalti en favor de los Rayados. Después de 11 minutos de compensación, el árbitro estadounidense, Ismail Elfath, pitó el final del cotejo y aunque los reclamos no se hicieron esperar, los ánimos se pudieron calmar de forma casi inmediata.
Pese a ser uno de los futbolistas más controversiales del futbol mexicano y que más suele dar de que hablar durante las derrotas, en esta ocasión Nahuel Guzmán no tuvo mayor inconveniente en reconocer la eliminación y antes de ir al vestidor, fue a darle la mano a toda la plantilla del acérrimo rival, así como también a su cuerpo técnico. De esta manera, el Clásico regio culminó de buena forma entre ambas instituciones.
Ayudó a niño que fue perseguido por la seguridad del estadio
Otro de los factores que resaltaron en el comportamiento del “Patón”, fue que justo en el momento en que estaba estrechando la mano de los jugadores rivales, un pequeño aficionado de los Tigres invadió la cancha del Dynamo en Houston, y cuando ya los de seguridad corrían para detenerlo, el cancerbero felino resguardó al niño y no dudó en cargarlo.
Al estar en los brazos de Guzmán, los elementos de seguridad del inmueble detuvieron su pequeña persecución y solo observaron al infante paseando con el arquero cinco veces campeón de la Liga MX; mientras este terminaba de felicitar a los futbolistas de Monterrey. Posteriormente, lo llevó de regreso a las gradas del estadio junto a su familia.