Una serie de operativos en los límites de la Ciudad de México con el estado de Morelos han dejado al descubierto una nueva —o quizá no tanto— faceta del crimen organizado: la tala ilícita.
La mafia o cártel de los talamontes es una realidad en el estado de Morelos. El negocio sería tan cuantioso que les ha valido para obtener blindaje institucional por parte de jueces y políticos. Algunas de sus células conocidas son los Chuchas, los Vara Dávila y los Panales.
El evento más reciente que involucró al “Cártel de los Talamontes” ocurrió el pasado martes 1 de agosto, cuando unos 300 efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y personal de la fiscalía de Morelos localizaron cuatro aserraderos clandestinos en tres puntos ubicados sobre el Libramiento Huitzilac.
En dichos puntos se aseguraron tres aserraderos completos, uno más incompleto así como una cantidad considerable de madera, maquinaria, sierras, herramientas, vehículos robados y remarcados, además de camiones y camionetas cargados para su distribución.
En las últimas dos semanas las autoridades de Morelos han detectado al menos diez de estos sitios en la zona boscosa que se encuentra entre la capital mexicana y territorio guerrerense.
Dichos decomisos de aserraderos clandestinos desembocaron en un enfrentamiento entre autoridades y grupos de talamontes. Trabajadores de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural fueron privados de la libertas y retenidos.
Para exigir su liberación, los talamontes bloquearon la autopista México-Cuernavaca a la altura de Tres Marías en donde quemaron llantas y varios vehículos. En el último año se han registrado en ese sector más de 15 enfrentamientos con grupos de talamontes, señalados por dañar hasta un 13 por ciento de los bosques de la zona.
De acuerdo con los reportes, las mafias de talamontes operan en las noches y en algunas ocasiones incluso suelen estar acompañados de policías estatales y municipales quienes les brindan seguridad. El periodista Héctor de Mauleón informó que el propio fiscal de Morelos ha reconocido la existencia de varias carpetas de investigación en las que figuran agentes de seguridad como coludidos de los talamontes.
Los Netos son una de las bandas de talamontes que está en la mira de las autoridades. Su líder ha sido identificado como Ernesto Ibarra Torres, alias “El Diablo”. El grupo opera en el corredor Topilejo-Huitzilac-Parres-Tres Marías-Zempoala. No solo se les relaciona con la tala clandestina, también con secuestros exprés, robos de vehículos y asaltos en la autopista y carretera federal.
Igualmente están vinculados con el homicidio de tres trabajadores del Instituto Nacional de Salud Pública que habían desaparecido y fueron encontrados más tarde en la comunidad Fierro del Toro, en Huitzilac.
Sin embargo, a pesar de que fue detenido, magistrados del Tribunal de Justicia de Morelos decidieron no vincularlo a proceso.
En diciembre de 2022, la diputada federal por el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Flor Ivone Morales, propuso una reforma al Artículo 19 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM) que contemplaba ampliar el catálogo de delitos que ameritan prisión preventiva oficiosa como medida cautelar para los delitos de devastación forestal y la tala de árboles clandestina.
Tan solo en 2020, México perdió 127 mil 770 hectáreas de bosques, una deforestación superior a la del periodo 2010-2015 cuando fue de 91 mil 600 hectáreas.