Hace algunos años nuestros padres y abuelos acudían a Banco Serfin para retirar sus ahorros o para invertir en sus propias cuentas. Se trataba de una institución bancaria que de alguna forma era tradición en México, hasta que finalmente, durante la llegada del nuevo milenio, también llegó su desaparición.
La historia de Banco Serfin
La historia del banco mexicano Serfin verdaderamente se remonta a épocas que bien pueden definirse como de los albores de México. Fue en el año de 1864 cuando se fundó el Banco de Londres y México, que es el primero y el más antiguo de nuestro país.
Su nombre comercial, durante el régimen como emperador de Maximiliano de Habsburgo, era The London Bank of Mexico and Sout America Ltd, pero funcionaba como una sucursal más del mencionado banco inglés, mismo que inició sus operaciones en territorio mexa con un capital de 2.5 millones de pesos. Sus primeras oficinas se ubicaron en la esquina de las calles Bolívar y 16 de septiembre, justo en el Centro Histórico.
Luego de una crisis financiera que reformó todo el sector bancario del país, terminó por fusionarse con el Banco de Empleados y tuvo su primer rebranding que resultó como el Banco de Londres y México. Pero muchos años después, en la década de los setenta fue comprado por la Sociedad Mexicana de Crédito Industrial, por lo que se fusionó con otros bancos. Así surgió el nombre Banca Serfín.
¿Qué sucedió con Banco Serfin?
La reforma financiera en México de principios de los años 90 significó en varias actualizaciones a las normas de operación crediticia por consecuencia de la privatización bancaria. Aquello fue el causante de que Banca Serfin pusiera rumbo hacia la catástrofe con paso lento, pero seguro. En 1992 entró en quiebra técnica, pero no fue sino hasta 1995 cuando quedó demostrado que no tenía viabilidad en el mercado.
La gerencia y el rescate financiero tomaron cartas en el asunto demasiado tarde, prácticamente hasta 1999, por lo que el costo de su salvamento ya era demasiado alto. De cualquier banco otro banco entró al “rescate”.
Santander llegó a México desde 1994, pero por entonces su presencia era limitada. Incluso Banca Serfín era el tercer lugar en la lista de instituciones bancarias con mejores activos. Sin embargo, cuando ésta comenzó a desangrarse, Grupo Financiero Santander tomó las riendas y adquirió Serfin en el año 2000.
De esta manera Santander se convirtió en el tercer agente predominante en el sector bancario, según datos de Expansión. Y además con la adquisición también se hizo de 927 sucursales y 1648 cajeros automáticos en territorio mexicano.
Luego de la compra, se mantuvo el nombre “Serfin”, por lo que a la entrada de dichos bancos podía leerse el nombre de Santander-Serfin. No obstante, luego de una reestructuración de la marca española, sus intenciones fueron las de posicionar globalmente la marca, por lo que al final quedó simplemente como Santander.
Fue en el año 2006 cuando el denominativo Santander-Serfín dejó de usarse manera comercial y cuando todas las letras fueron retiradas de las sucursales, anuncios y folletos. Así finalmente hace 17 años fue que la tradicional Banca Serfin pasó al olvido.
Su logo fue diseñado por Walter Landor, bajo la firma Walter Landor Associates en 1971. Se trata de un águila café que envuelve a la piedra del Sol. En palabras del mismo diseñador, fue usada porque “el águila orgullosa es nativa de México, un país que ha logrado paz, estabilidad, independencia y progreso. El ave proyecta un sentir de protección y vigilancia sobre los intereses de su clientela, envolviendo con sus alas protectoras al diseño Azteca, que representa al pueblo mexicano”.