En la actualidad, es muy complicado que arqueólogos se encuentren con alguna ciudad antigua perdida. Sin embargo, para una red de científicos que exploran el centro de la Península de Yucatán, al sur de México, se ha vuelto muy común.
Y es que durante décadas, arqueólogos pensaron que el paisaje ultradenso y muy seco de esta área habría sido muy duro para sustentar los primeros asentamientos de la civilización maya, sociedad mesoamericana que dominó la región desde aproximadamente del año 250 a.C. hasta el 900 d.C.
En realidad, el pueblo maya nunca desapareció, pues sus descendientes aún habitan América Central. Sin embargo, una serie de eventos catastróficos hizo que muchos abandonaran sus hogares y pueblos hace miles de años, dejando ruinas descubiertas siglos después.
Se pensaba, hasta hace poco, que esas ruinas estaban concentradas en lo que hoy es el sur de México, Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador.
Sin embargo, esto está perdiendo cada vez más credibilidad, gracias a la tecnología del mapeo de luz, láseres que pueden ayudar a identificar formas y estructuras a lo largo del suelo de la jungla.
El pasado mes de mayo, un equipo de campo habría visitado uno de esos sitios mapeados en Yucatán, y descubrió una enorme ciudad maya previamente desconocida que pudo haber servido como centro político en la región.
La llamada ciudad de Ocomtún ya está causando que los arqueólogos se pregunten qué pensaban que sabían sobre los antiguos mayas y qué tipo de lecciones puede ofrecer la civilización a las metrópolis de hoy.
En los siglos XIX y XX los arqueólogos descubrieron ruinas mayas con la ayuda de las poblaciones locales o incluso, por accidente, sin embargo, en la actualidad, los investigadores comienzan analizando imágenes aéreas de lugares como Google Earth. Incluso, con esos datos generales, los equipos que trabajan para descubrir Ocomtum pudieron detectar formas artificiales en la vegetación del área, que les dio esperanzas de encontrar nuevos asentamientos.
Usando esas imágenes, detectaron cuatro zonas que eran buenas candidatas para una mayor exploración con las llamadas imágenes lidar, que significa detección y rango de luz.
La recopilación de datos sobre Ocomtún requirió tres vuelos de cuatro horas. Desde el avión, se mandaron millones de puntos láser, alrededor de medio millón de pulsos por segundo.
No fue hasta horas más tarde, de vuelta en el laboratorio, que el equipo pudo comenzar a quitar visualmente los árboles, en un acto de deforestación digital, revelando algunas estructuras realizadas por humanos.
Una vez que se mapea un sitio, aún debe verificarse el lugar a pie.
En el descubrimiento de Ocomtum, hay varios complejos arquitectónicos que podrían llamarse monumentales, que requieren cientos de trabajadores extrayendo y moviendo miles de toneladas de piedra a mano por varias décadas.
Una estructura se extiende unos 80 metros de largo, y se eleva a más de 25 metros de altura. Otra plataforma baja de círculos y cuadrados concéntricos pudo haber albergado un mercado o ceremonias culturales.
También se notó una proliferación de piedras cilíndricas robustas, que son comunes en los sitios mayas, pero son muy numerosas en este sitio en particular. De ahí el nombre de Ocomtún, que quiere decir columna en maya. Al igual que estas columnas, muchas de las estructuras de Ocomtún parecer corresponder al periodo Clásico tardío, entre los años 600 y 900 d.C.
Sin embargo, algunos objetos, como fragmentos de cerámica, parecen ser incluso de antes, alrededor del año 1000 a.C. Si dicha línea del tiempo es correcta, Ocomtún podría ser uno de los sitios más antiguos en las tierras bajas mayas centrales.
También, se descubrieron “montículos extraños e irregulares” en la parte superior de la estructura tipo acrópolis, que contenían figurillas características de periodos posteriores, que podrían haber sido colocadas allí como ofrenda a generaciones anteriores.
Esto es una señal de que los colonos posclásicos pueden haber permanecido en Ocomtún más tarde que otras civilizaciones mayas, posiblemente hasta la Conquista española.
A lo largo de la ruta hacia el lugar, existen montículos y montones de piedra, lo que representa restos de antiguas viviendas. Esto es similar a manejar un automóvil por los suburbios para llegar a la ciudad. La densidad de esos asentamientos más pequeños, es buena evidencia de que Ocomtún fue un importante centro comercial y cultural.