“Aquí no es tierra de criminales” fueron las palabras con las que el gobernador de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme, anunció el despliegue masivo de elementos policiales y del Ejército para reforzar la seguridad en el estado ante el asedio de civiles armados que, presuntamente, pertenecen al Cártel del Noreste.
Desde el pasado viernes 21 de julio, agentes de la Policía Estatal han sido el objetivo de múltiples ataques armados perpetrados por sicarios. Oficialmente, la administración de Riquelme reconoció cinco agresiones en contra de sus uniformados, pero fuentes judiciales citadas por Proceso refieren al menos una decena de atentados.
El saldo de esta ola de violencia ha sido de seis oficiales heridos y dos policías muertos. Hugo Javier Moreno Pérez, alias “El Centauro”, fue asesinado a causa de una emboscada en la que supuestos miembros del Cártel del Noreste lo atacaron a él y otros dos agentes —que resultaron lesionados— la madrugada del martes 25 de julio.
La embestida ocurrió en la carretera federal que conecta a Coahuila con Nuevo León y Tamaulipas, cuando “El Centauro” y sus compañeros participaban en un dispositivo de seguridad para impedir la entrada de vehículos con comandos armados a la entidad.
Durante el homenaje póstumo de Moreno Pérez, el gobernador Riquelme confirmó el deceso de otro policía, identificado como Giovanni Hastel Coronado, quien perdió la vida en circunstancias similares durante las primeras horas del día 26. Como resultado de este violento episodio resultaron heridos otros cuatro efectivos.
En redes sociales han circulado diversos videos e imágenes que exhiben el intenso intercambio de balas sostenido por la corporación local para repeler los intentos del cártel por ingresar al territorio.
“¡Comando! Están tirando a sus tres, aquí lo cubro yo [...] ¡Tiros, tiros de 50!”, fueron las palabras de un integrante de la Policía Especializada de Coahuila (PEC) que captó algunos momentos de una agresión en la que los pistoleros atacaron con armamento pesado. Entre una continua lluvia de balas calibre 50, el uniformado corrió de una patrulla a otra para buscar cartuchos que le permitieran continuar el fuego.
¿Por qué el Cártel del Noreste busca asentarse en Coahuila?
Los recientes ataques contra los agentes de la fuerza en Coahuila han ocurrido a la altura del municipio de Hidalgo, ubicado a un costado de la Carretera Federal Número 2 que va desde Piedras Negras hasta Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Esta última ciudad fronteriza ha estado, por años, bajo el dominio del Cártel del Noreste, grupo que ha mantenido su poderío debido a que una sola familia es la que se ha mantenido en la cúpula de poder: los Treviño.
Tras la disolución del sanguinario cártel de Los Zetas, encabezado antes de su decadencia por Miguel Treviño Morales y Omar Treviño Morales, nació el Cártel del Noreste. El encargado de comandar esta escisión en un principio fue Juan Francisco Treviño Chávez, alias “El Kiko”, sobrino de los dos anteriores.
Luego de su captura en 2016, “El Kiko” le pasó la batuta del CDN a otro miembro de la familia: Juan Gerardo Treviño Chávez, alias “El Huevo”, detenido el 13 de marzo de 2022.
Ante la caída de este último, informes de inteligencia señalan que Juan Cisneros Treviño, alias “El Juanito” —primo del “Huevo”— fue quien asumió el liderazgo del cártel, así como de su mortífero brazo armado, La Tropa del Infierno.
El cambio de jefatura del cártel dentro de la misma familia le dio la solidez necesaria para controlar Nuevo Laredo, pero en años recientes este grupo ha intentado expandirse a los estados de Nuevo León y Coahuila.
Si consiguiera establecerse en dichos territorios, el CDN tendría acceso a una gran variedad de rutas de tráfico de droga hacia Estados Unidos, pues la Carretera Federal No. 2 tiene una longitud de casi 200 kilómetros que recorren varios pueblos del estado de Texas.