No es ningún secreto que durante la época Porfiriana muchas familias se volvieron de la alta sociedad en México, pues su cercanía con el Presidente de la República o a sus ideales causó que tuvieran una serie de privilegios que aumentaron gracias a su talentos en diferentes ramas, desde la ciencia hasta el periodismo.
Una de estas familias fue la del Premio Nobel de Literatura, Octavio Paz, la cual alcanzó su fama desde la década de sesenta y setenta, pero que se profundizó a partir de los ochenta del siglo XIX cuando comenzó el apogeo de Porfirio Díaz en la titular del Ejecutivo Nacional.
Pese a la Revolución Mexicana, la familia del escritor no perdió su reconocimiento social, el cual se volvió leyenda en el barrio de Mixcoac, en la Ciudad de México, durante el siglo XX; sin embargo, este sí disminuyó por unas décadas, pero que retomaron cuando se volvió mundialmente conocido Octavio Paz.
Ireneo Paz y su relación con Porfirio Díaz
Parte de esta historia fue contada en el libro Siglo de las luces...y las sombras del autor Ángel Gilberto Adame, el cual relató cómo Ireneo Paz, abuelo del literato, fue uno de los personajes más cercanos del general Díaz, luego de que éste apoyó mediante su trabajo como periodista la Revolución de La Noria que buscó impedir que Benito Juárez se reeligiera.
Aunque el movimiento armado concluyó con la muerte de Juárez, el acercamiento entre estos dos personajes no disminuyó, tanto así que en sus memorias Ireneo explicó que llegó a querer al general Díaz como si fuera su padre, debido al trato que el militar tenía hacia él y su familia.
“A mí me trataba como si fuera su hijo, pues que él mismo dirigía la postura de la cama campestre en que nos acostábamos juntos y por la mañana nunca quería que se me despertara sino hasta que estuviera el té y ensillados los caballos. Tantas eran las distinciones que usaba conmigo que se echaban de ver hasta en las menores pequeñeces, que yo también acostumbre a quererlo y a respetarlo como si fuera mi padre”, recopiló Gilberto Adame.
Ese trato diferenciado sería cada vez más obvio en la sociedad, tanto así que Los Paz fueron nombrada, por el autor del texto que recopiló la historia, como “la familia del Porfiriato” y que señala 1885 como el año donde comenzó la bonanza del linaje pues se registraron relaciones, viajes, expansión editorial, estabilidad económica, por mencionar algunos puntos.
Sin embargo, el punto donde se notó más su buena época fue cuando adquirió “la elegante quinta de Córdoba, Mixcoac”, lugar que se volvió recurrente para los eventos de Los Paz; sin embargo, apuntan a que la adquisición de la propiedad tuvo que ver con la investigación que Ireneo realizó sobre Valentín Gómez Farías, quien estaba enterrado en el jardín contiguo.
La inspiración francesa siempre estuvo presente durante el gobierno de Porfirio Díaz, lo cual puede ser comprobable en que la casa era una construcción afrancesada que se destacaba con ventanas a la plaza y el escudo de la familia grabado en la puerta principal.
La carta de Ireneo a Díaz
Para poder contrastar la veracidad de este acercamiento entre los personajes, el autor develó una carta que el abuelo de Octavio Paz envió al expresidente con el fin de contarle cómo iba su idea de formar un periódico en los Estados Unidos, el cual tuvo el nombre Mexican Graphic.
Mi muy estimado amigo.
Creo de mi deber poner en conocimiento de Ud. que por falta de recursos dejo de publicar el “Mexican Graphic” que he tenido el gusto de estarle remitiendo y que establecí con el patriótico fin de combatir en el idioma inglés las especies que se publican en los Estados Unidos contra nosotros y de dar a conocer nuestra verdadera situación y nuestros elementos en el extranjero.
Muchas de las anécdotas de Ireneo quedaron grabadas por la propia pluma del personaje; sin embargo, otras tantas quedaron en la memoria de Octavio Paz, el cual convivió en su niñez con su abuelo, el cual relató gran parte de su vida.