A una semana del secuestro de cuatro pescadores en el estado de Guerrero, tres de ellos continúan desaparecidos.
Familiares de los desaparecidos, como parte del protocolo de investigación, han acudido en la última semana a las instalaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE) para realizarse análisis genéticos, en caso de que tuvieran que ser comparadas muestras de ADN, y aportar cualquier información que pudiera ser relevante para la investigación.
Sin embargo, hasta el momento no se ha obtenido ni un solo rastro de ellos. “No hay nada, ninguna información de ellos”, dijo a el Sur de Acapulco el padre de uno de los pescadores desaparecidos, identificado como Guadalupe Bautista, de 30 años de edad.
Ángel Esauly Cabrera García, de 16 años de edad, el único pescador que ha aparecido hasta el momento, después de que el pasado miércoles fuera abandonado golpeado y con los ojos vendados por sus capatores en la carretera federal Iguala-Chilpancingo, continúa recuperándose de las heridas y del cuadro de deshidratación que sufrió, por lo que aún no se sabe si ya declaró ante las autoridades.
Aún continúan desaparecidos Guadalupe Bautista Astudillo, de 30 años; Juan Carlos Catalán Silva, de 19; y el padre de Ángel Esauly, Ángel Cabrera Ávalos, de 35.
El mismo día de la desaparición, familiares y pescadores hallaron las dos lanchas que fueron abandonadas en la barranca “El Cangrejo”, ubicada a unos 25 kilómetros de la comunidad de Nuevo Balsas, en Cocula.
La zona donde desaparecieron los pescadores, en los lindes fronterizos de los municipios de Eduardo Neri, Heliodoro Casillo y Arcelia; está identificada como un área de conflictos y frecuentes enfrentamientos entre grupos del crimen organizado, principalmente Los Tlacos y la Familia Michoacana.
Supuestamente ambos grupos criminales se disputan el control de la pesca y la extorsión a las mineras de la zona.
El secretario general de gobierno, Ludwig Marcial Reynoso Núñez, dijo el pasado jueves que todavía no saben si un grupo armado fue el que privó de la libertad a los cuatro pescadores.
Ángel Esauly fue “tirado de una patada” el miércoles por sus captores en la carretera federal antes del crucero de Atzala que conduce hacia la comunidad de Nuevo Balsas, en el municipio de Cocula.
Desde ese punto habría caminado malherido presuntamente hasta casa de sus suegros, y más tarde sus familiares lo llevaron al hospital comunitario de Mezcala.
El miércoles, tras la aprición de Ángel Esauly, los elementos reanudaron la búsqueda por tierra mientras unos 50 pobladores a bordo de 25 lanchas emprendieron la búsqueda río abajo de los otros tres pescadores.
“Que se compadezcan de ellos, que ya los liberen, ellos son personas de bien, a nadie les hacen mal, sólo andan buscando cómo ganarse el quinto para mantener a su familia, que los dejen libros”, declaró a la prensa local Emilio Cabrera Hernández, abuelo de Esauly y padre de Ángel Cabrera.
El lunes, como medida de apoyo y seguridad, se suspendió la actividad pesquera en Mezcala. Javier Bautista Garduño, dirigente de la Unión de Pescadores San Rafael de Mezcala y padre de Guadalupe, informó que desde entonces muchos trabajadores se quedaron sin recursos.
“Son cien familias que no tienen para comer, porque solo se dedican a la pesca, estamos sin dinero (...) Se suspendió la actividad por el miedo de lo que le pasó a mi hijo Guadalupe Bautista. El problema se presentó en un punto que se llama Laguna del Cangrejo, en donde vamos a pescar, pero ya nos tenían prohibido ir, pero mi hijo no pescó allí, sino que ahí fueron a dar las lanchas”, declaró.
“La mera verdad ya estamos desesperados, llevamos así desde el domingo y no sabemos nada de nuestros hijos. Ya nuestras esposas están desechas”.