La capital del país es una de las ciudades con más avenidas de la República. Entre ellas destacan una de las más antiguas y representativas del país, la cual data del segundo y último imperio mexicano.
El Paseo de la Reforma es una de las avenidas más reconocibles de la Ciudad de México, no sólo porque cuenta con importantes monumentos históricos a lo largo de su extensión, sino por la carga histórica que representa desde su creación. A lo largo del tiempo, este ha sido embellecido en distintas ocasiones. No obstante, fue al principio del siglo XX que comenzaron los proyectos para su estructuración como hoy se conoce.
En el marco de la celebración de los festejos del Centenario de la Independencia, el Gobierno comenzó una serie de trabajos para mejorar el Paseo, en donde, de acuerdo a distintos registros, se ampliaron los carriles, los cuales terminaban en La Palma. Esta reconstrucción significó el aumento de 16 metros de la avenida y una ampliación importante para otros monumentos.
Cabe destacar que, entre las mejoras al Paso, a principios del siglo XX, se creó el Monumento a la Independencia, o Columna de la Independencia, en el cruce de la Avenida Florencia. Uno de los lugares más representativos de la capital del país actualmente. Las modificaciones duraron casi 10 años, en donde no solo se embelleció la ruta, sino que además se trabajó las banquetas, adoquinadas y más.
Durante la Revolución Mexicana no hubo muchas modificaciones u obras en la avenida, pues el país pasaba por un momento crítico a niveles políticos. Fue hasta 1940 cuando el Paseo de la Reforma siguió con una destacable inauguración de monumentos, comenzando con la revelación de la Fuente de la Diana Cazadora.
Doce años más tarde se inauguró la Fuente de Petróleos en Prolongación del paseo de la Reforma, así como también la plantación de distintos tipos de cactus, nopales y biznaga, entre otros.
A mitad del siglo XX se llevaron a cabo obras destacables del Paseo de la Reforma, fue un importante símbolo de la modernización de la Ciudad, antes llamado Distrito Federal. Comenzando el nuevo siglo, el XXI, fueron mejorados algunos monumentos, así como la construcción y extensión de la avenida.
Quién construyó el Paseo de la Reforma
La avenida emblemática de la Ciudad data de la mitad del siglo XIX, cuando, según la leyenda urbana, el emperador Maximiliano de Habsburgo mandó a construir el paseo de la Reforma influenciado por su esposa y emperatriz, Carlota Amalia de Bélgica.
Inicialmente fue denominada como Paseo de la Emperatriz, el cual fue diseñado para conectar el Castillo de Chapultepec, hogar de los emperadores, y la ahora Glorieta del Caballito, pues el traslado entre los puntos significa una tarea destacable para la realeza en ese entonces.
Ante ello, el emperador pidió al ingeniero Luis Balland Kuhmack, a los arquitectos Carl Gangolf, Ramón Rodríguez, así como a los artistas Santiago Rebull, Miguel Noroña y Felipe Sojo, para tomar el proyecto de la construcción de la avenida.
Cabe señalar que la obra vial estuvo influenciada por corrientes artísticas y arquitectónicas europeas, pues de acuerdo con el emperador, buscaba hacer de la avenida como una de las más distinguibles de la Ciudad.