A poco más de tres meses de la muerte de Julián Figueroa, sus cercanos siguen sufriendo el duelo de su partida, en especial su madre, la famosa actriz Maribel Guardia, quien por ahora ha retomado su carrera en los escenarios en memoria de su único hijo, quien siempre la apoyó en su carrera.
En medio de su dolor, hace unos meses la actriz de origen costarricense mencionó ante la prensa que uno de los posibles recintos finales de su primogénito, quien falleció el pasado 9 de abril a los 27 años, sería Juliantla, Guerrero, junto a los restos de Joan Sebastian.
Entonces la también cantante había expresado que Julián había vivido parte de su niñez en el pueblo de su padre, donde disfrutaba montar a caballo y el contacto con la naturaleza, por lo que había considerado conservar las cenizas del cantante junto al “poeta del pueblo”, sin embargo, ahora cambió decisión.
“Yo creo que no. Por ahora las cenizas las tengo en la casa y me siento muy plena”, expresó la querida actriz, quien al paso de los días ha recordado a su hijo con emotivas publicaciones en sus redes sociales, donde frecuentemente comparte sus recuerdos al lado del joven.
Maribel contó que la razón de su nueva decisión es porque prefiere conservar los restos de su hijo cerca de ella, inlucos ha reflexionada qué pasará cuando ella muera, y desea que sus cenizas estén junto a las de su hijo en una iglesia católica local, al sur de la Ciudad de México.
“Sé que tal vez en un futuro me gustaría ponerlas en una iglesia cerca de la casa y que algún día si yo me muero me pongan junto a él”, agregó. “Si lo ponen en Juliantla, a mí no me van a enterrar allá, entonces no. Yo quiero si algún día muero, que me pongan con Julián y creo que lo mejor sería en una iglesia”, añadió la famosa de 64 años.
La querida Maribel ya había hablado al respecto desde finales de junio, cuando dio a conocer a los reporteros que continuaba asimilando la partida de Juliancito.
“Bien, la verdad es que el trabajo me ha ayudado mucho, ha sido una gran terapia el trabajo, el cariño de la gente, de mis compañeras, de mi familia, que hemos estado muy unidos y espero ahora que termine de trabajar, que ya voy a acabar mi programa de cable, ya tomar una terapia porque creo que sí me caería muy bien, eso es una cosa de todos los días”, expresó.
“El cariño de la gente ha sido una cosa increíble, mi familia ha sido mi fortaleza, Dios primero que todo, sin Dios no sé qué hubiera hecho y la experiencia que tuve con Julián eso me ayudó mucho. Me cuentan historias tristísimas, de mamás que le han secuestrado a sus hijas, que se los han matado, mil historias que de verdad no quisiera yo nunca que nadie viviera nunca, que nunca nadie perdiera un hijo, yo primero tengo que sanarme yo, procesar lo que siento”, expresó Maribel respecto a la manera en que ha sobrellevado el duelo.
Desde que murió Julián Figueroa, las cenizas de su cuerpo forman parte de un altar que montó la actriz de Prisionera de amor en su casa, espacio donde aún se encuentran, pues por ahora no ha pensado trasladarlas a otro nicho.
“Lo hemos hablado Marco y yo que tal vez en un futuro sí, pero me gustaría que fuera en un lugar cerca de la casa, en una iglesia, pero por lo pronto me he sentido muy bien teniéndolas ahí, pero sé que en algún momento debería de hacerlo, pero ya va a ser parte del proceso”, contó a la prensa.