La Ciudad de México tiene alrededor de 8.8 millones de habitantes, además de los millones de trabajadores provenientes del área metropolitana, por lo que es urgente “poner freno al desbordamiento de la mancha urbana”, señaló el gobierno capitalino.
Este domingo, Martí Batres, jefe de Gobierno de la CDMX recordó que en la capital mexicana “la mitad es suelo de conservación y bosques”, pero la expansión de construcciones y los incendios forestales representan una amenaza a los pulmones de la ciudad.
Al conmemorar el Día Nacional del Combatiente de Incendios Forestales, el mandatario capitalino reconoció frente al Monumento a la Revolución que desde hace años las zonas de conservación enfrentan una constante presión.
“Una mancha urbana que presiona sobre los bosques y amenaza a cada momento con extenderse. Además, en el suelo de conservación hay que luchar contra incendios, contra la tala ilegal de árboles y contra otros fenómenos que pueden afectar a nuestros bosques”.
Por ello, señaló que recientemente envió una iniciativa al Congreso local para aumentar las penas contra la tala clandestina, además, se ofrecerán mayores apoyos a los brigadistas que combaten los incendios forestales, pues gracias a ellos la CDMX tiene el menor nivel de hectáreas perdidas por estas condiciones.
“Hay una reforma que hemos enviado al Congreso local para que el suelo de conservación no se divida en suelo de conservación y suelo rural, sino que se mantenga unido como suelo de conservación. Esa misma reforma, que envió la doctora Claudia Sheinbaum hace algunos meses, también contempla que exista un presupuesto fijo para el suelo de conservación que no pueda disminuir, sino solo aumentar año con año. Recientemente, como Jefe de Gobierno, he enviado una iniciativa al Congreso de la Ciudad para tipificar el delito de ecocidio y castigar con cárcel a quienes de manera ilegal talen árboles y bosques en nuestra gran Ciudad de México”, dijo el funcionario.
Batres, quien cumple un mes al frente de la administración capitalina, aseguró que jamás se dará por perdido ni un solo milímetro del suelo de conservación ni de los bosques de la Ciudad de México.
“Si los bosques en la Ciudad de México se destruyen, terminamos con nuestra fuente de oxígeno; si los bosques se destruyen, terminamos con la zona de captación de dióxido de carbono que arrojan ciudades como la nuestra; si los bosques se destruyen, acabamos con la franja de retención de agua que impide inundaciones y desperdicio del agua de lluvia; si los bosques se destruyen, acabamos con el área que regula la temperatura y frena el calentamiento global en nuestra región”, resaltó ante unos 2 mil brigadistas.
De acuerdo con las estadísticas, la CDMX ocupa el tercer lugar a nivel nacional en la detección y atención de incendios forestales, pues en general los brigadistas capitalinos llegan a una zona de fuego en unos 45 minutos, cuando la media nacional es de más de 4 horas.
Por esa razón, la secretaria del Medio Ambiente (SEDEMA), Marina Robles García, destacó la importancia que tiene el trabajo que realiza el Cuerpo de Brigadistas de Incendios Forestales del Suelo de Conservación de la Ciudad de México, quienes ponen en riesgo su vida para proteger más de la mitad del territorio capitalino integrado por bosques, humedales, pastizales, entre otras áreas naturales de valor ambiental.
“A lo largo de estos cinco años del Gobierno de la Ciudad, el trabajo que se ha logrado con estos equipos, con el impulso, con la capacitación, con el mejor equipamiento, con las mejores condiciones para el trabajo de estos combatientes forestales, de estos trabajadores que forman parte de las brigadas que nos ayudan a conservar y a mejorar el suelo de conservación, ha sido gracias a la multiplicación del presupuesto que se ha dedicado a este suelo de conservación, un presupuesto histórico que se multiplicó por cinco veces con respecto a lo que sucedía en años anteriores”, resaltó Marina Robles.