Sara Aldrete, también conocida como La Madrina y quien fue condenada inicialmente a 62 años de prisión por sus vínculos con el grupo criminal Los Narcosatánicos, señaló a las autoridades capitalinas de aquel entonces por presuntamente violentar su debido proceso y torturala para que cooperara previo a la resolución del caso.
A través de la serie documental La Narcosatánica de HBO Max, la mujer que actualmente tiene 58 años y se encuentra privada de su libertad en el Penal Femenil de Tepepan, narró su versión de los hechos tras ser detenida.
Cabe señalar que fue el 6 de mayo de 1989, cuando agentes de seguridad del entonces Distrito Federal dieron con el domicilio en donde se encontraba escondido Alfonso de Jesús Constanzo, líder de esta agrupación. En el recinto también se encontraba Sara y otros “ahijados” del implicado.
Tras una fuerte balacera, Alfonso fue encontrado muerto y las versiones sobre si fueron las autoridades quienes lo mataron, si Sara ordenó el asesinato o Constanzo pidió a uno de sus cercanos que lo acribillara para no llegar a la cárcel, aún se mantienen sin una respuesta definitiva.
Según la versión de Aldrete, el descubrimiento del lugar se dio gracias a ella, quien tras una serie de eventos, presuntamente sólo quería escapar y alejarse de su Padrino. Así que habría escrito un papel pidiendo ayuda y lo aventó a la calle, para que los elementos de seguridad pudieran dar con el sitio.
¿Sara Aldrete fue torturada?
Durante una de las entrevistas que fueron realizadas para la serie documental de La Narcosatánica, Sara comentó que tras ser arrestada su proceso no habría sido el más transparente.
“Llegó Federico Ponce Rojas, me taparon los ojos varias personas de ahí, Juan Benitez Ayala llegó a la Ciudad de México a interrogarme. Querían que dijera que dos personas que se dedicaban al narcotráfico tenían nexos con el narcotráfico. Pues no, señor, no voy a cooperar”, recordó Aldrete.
De igual manera, Sara narró que ella fue la elegida para identificar los cuerpos, hechos que no le parecieron tan acertados, pues aseguró que otro de los detenidos era mucho más cercano a Alfonso de Jesús, pues incluso vivía con él y fue su pareja.
“Estaba un hombre mayor todo vestido de blanco, tenía los guantes así. Destapan la sábana, lo veo (a Adolfo de Jesús)... yo no podía hablar, sólo veía a Adolfo ahí como con esto levantado (la parte superior del cráneo), abierto, tenía grapas en la cabeza”, contó.
La Madrina dijo que, para ese momento, quienes estaban con ella comenzaron a gritarle: “Aquí está tu príncipe demoniaco, dale un beso, adora a tu príncipe”.
Sara explicó que en ese momento estaba en shock, pues se acababa de dar cuenta que la ausencia de Adolfo de Jesús Constanzo implicaría que él no podría decir que ella no era culpable. Además, Aldrete ahondó en que aparentemente los elementos policiales deseaban que les diera unos números de cuenta que explicarían vínculos del líder de los Narcosatánicos con sus clientes.
“Me metieron la mano y me dijeron que le sacara el corazón para que me lo tragara, me metieron la otra mano y el señor de la bata blanca decía: ‘Ya déjenla, es una niña, véanle la cara’”, dijo.
Supuestamente, los agentes habrían golpeado a Sara y, como no quería decir la información que buscaban, la llevaron a ver a otro de los muertos.
“Ahorita te vamos a dar algo de tragar para que te acuerdes. Me sacan y llego a la otra camilla. Ese estaba destapado y era Martín, cuando lo veo...”, comentó entre lágrimas y prosiguió: “No tenía nada en su cabeza, estaba su masa encefálica en una ollita de metal y me decía: ‘trágatelo así como te tragaste el cerebro del gringo’”.
Tras negarse en repetidas ocasiones, las autoridades presuntamente le habrían acercado el contenido para que lo ingiriera y, cuando ella estaba a punto de hacerlo, uno de los presentes comenzó a vomitar.
En cuanto a su detención, Sara explicó que en diversos momentos llegó escuchar cómo gritaban sus compañeros y también aseguró que ella estaba en situaciones similares.
“Me empezaron a aventar de un lado al otro, me quebraron la uña de este pie, me la apretaban, me la tronaron y sentía cómo me la jalaban. Me metieron a un tambo con agua y me enderezaron, se reían. De pronto me pusieron como unas pinzas, me echaron agua y empecé a sentir descargas, las manos se me doblaban, se hacían duras. Me las pusieron en los senos, me lo pusieron en la vagina”, dijo y añadió: “Me quería morir”.
En una antigua entrevista recuperada se escucha decir a Sara que presuntamente también fue abusada sexualmente.
Qué dijeron las autoridades sobre esta versión
Dentro del mismo documental fue entrevistado Federico Ponce Rojas, quien negó rotundamente que los hechos hubieran sucedido de esa forma.
Respecto al momento en que Sara habría visto el cadáver de Adolfo de Jesús Constanzo, el hombre aseguró que Aldrete no se habría quedado callada como ella dijo, sino que habría comenzado a gritar ‘Perdóneme, padrino’ y, posteriormente, habría lanzado todo tipo de maldiciones.
Sobre la acusación de casi tener que ingerir partes humanas de uno de los fallecidos, Rojas señaló:
“Es imposible pensar que ante las autoridades que estábamos ahí reunidas pudiera permitirse, está descartado, pero permitirse un acto de esta naturaleza, tú comprenderás que es una mera fantasía diabólica”.