Los lujosos regalos con los que Gustavo Díaz Ordaz conquistó a La Tigresa

Gustavo Díaz Ordaz murió un 15 de julio sin nunca lograr quitarse el estigma de represor. Su gobierno se caracterizó por la censura, la desigualdad y la injusticia. De él es responsabilidad de la matanza en Tlatelolco el 2 de octubre de 1968.

Durante su gestión, el entonces presidente de México conoció a una de las actrices más emblemáticas del país, Irma Serrano “La Tigresa”, quien por entonces ya tenía una carrera consolidada por varias películas y su nombre estaba bien posicionado en la industria del arte y del espectáculo nacional.

La personalidad de La Tigresa es bien conocida por la mayoría de los mexicanos. Sus extravagancias y excentricidades han sido ampliamente comentadas a lo largo de la historia de las celebridades mexicanas. Por ello, no es extraño que, durante la época en la que fue amante de Gustavo Díaz Ordaz, haya recibido más de un lujoso regalo de su parte.

El mandatario del Partido Revolución Institucional gozaba de gran poder entre sus compañeros políticos. Era una época de evidente presidencialismo que daba a Gustavo Díaz Ordaz casi toda la libertad que quisiera.

Se dice que el gobernarte se enamoró tanto de la actriz que no la pensó ni un poco al desembolsar su millonario sueldo para conquistarla. Verdaderos lujos fueron entregados a la actriz al tiempo que en México crecía la desigualdad y la pobreza.

Gracias a esto, se dice, que fue él quien decidió hacerse de una ornamentada cama que alguna vez había pertenecido a la Emperatriz Carlota, y en la que más de una vez había compartido lecho con su marido, Maximiliano de Habsburgo.

Esta cama dorada y con adornos de cisne fue puesta a disposición de Irma Serrano “La Tigresa”, quien la aceptó sin chistar nada y la añadió a su extravagante colección; sin embargo, algún tiempo después, decidió llevarla al Castillo de Chapultepec.

Hay más de un misterio que envuelve los artículos que pertenecieron a Irma Serrano y su posible relación con el ex mandatario de México. De hecho, se dice que La Tigresa tenía un piano que había pertenecido a Maximiliano de Habsburgo y hasta un comedor sustraído de la residencia de Los Pinos.

El acceso que tenía la actriz a lujosos objetos puso en duda a más de una persona preguntándose si Gustavo Díaz Ordaz había tenido algo que ver con esta situación.

No obstante, lo que sí está confirmado es que el ex presidente de la República Mexicana regaló a Irma Serrana una lujosa y ostentosa casa de ensueño ajena a la realidad de la mayoría de los mexicanos.

La ostentosa mansión que el mandatario del Partido Revolucionario Institucional (PRI) regaló a La Tigresa para enamorarla aún más estaba ubicada en la calle Peñas de la colonia Pedregal de San Ángel.

El inmueble no venía solo, pues en su interior habitaban un puñado de extravagantes y lujosos objetos muy al estilo de Irma Serrano: candelabros, lujosas alfombras, ornamentados muebles, adornos de altos precios y muchas cosas más que enamoraron a la actriz.

La casa tenía es aspecto de fortaleza, gracias a que estaba construida con piedras de volcán y ladrillos de diferentes tamaños que quedaban al descubierto. Un edificio de diseño vanguardista y con el aspecto excéntrico que siempre gustó a la actriz.

Luego del caro romance, la actriz y el mandatario terminaron su relación cuando ella decidió llevarle serenata a Los Pinos, acto que no gustó para nada al presidente. El conflicto derivó en Irma Serrano dándole una cachetada.