El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) decretó la expropiación de más de mil 500 hectáreas de terreno en el estado de Quintana Roo en favor de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), que se destinarán para la construcción del Aeropuerto Internacional de Tulum y de la base aérea militar.
A través del Diario Oficial de la Federación (DOF), el gobierno de México dio a conocer el hecho por el que se indemnizará a los ejidos “Chunyaxché y anexos”, ubicados en el municipio de Felipe Carrillo Puerto, mediante el Fideicomiso Fondo Nacional de Fomento Ejidal. Será la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano quien se encargue de expropiar las tierras.
De acuerdo con la valoración del Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (Indaabin), el costo de expropiar la superficie mencionada quedó determinado en $433 millones 515 mil pesos por concepto de indemnización.
“Se expropia por causa de utilidad pública la superficie de 1,521-10-69 hectáreas (mil quinientas veintiuna hectáreas, diez áreas, sesenta y nueve centiáreas) de terrenos de temporal de uso común del ejido “Chunyaxché y anexos”, municipio de Felipe Carrillo Puerto, estado de Quintana Roo”, se lee.
Con una proyección de desarrollo económico y crecimiento turístico en toda la zona sur de la Rivera Maya, este nuevo recinto “Felipe Carrillo Puerto” cuenta con un logística, ubicación estratégica y una conexión con otro de las obras insignia del gobierno mexicano en este sexenio: el Tren Maya.
Además, fue constituido como un proyecto de calidad con alto sentido de innovación tecnológica, estará certificado como aeropuerto verde por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y contará con infraestructura autosustentable.
En esta obra está incluido la construcción de una base aérea militar “polivalente”, según expresó Sedena, y está pensada principalmente para fortalecer la seguridad y la vigilancia del espacio aéreo nacional y poder auxiliar a la población en caso de desastres.
“Este proyecto va a satisfacer la creciente demanda de pasajeros que visita este destino turístico en el sur de la Rivera Maya. Su infraestructura y potencial operacional lo clasifica dentro de los aeropuertos con una categoría 4 ECO, es decir, que pueden operar todas las aeronaves de salen y entran de nuestro país”, mencionó Gustavo Vallejo, ingeniero de la Sedena, el pasado 4 de febrero.
La nueva terminal tendrá una capacidad para atender, de manera preliminar, a 5.5 millones de pasajeros al año de los cuales se espera que alrededor del 75 por ciento sean personas de procedencia extranjera.
La pista contará con 3 mil 700 metros de longitud y diversos sistemas de ayuda a la navegación: “Esta pista de aterrizaje será la que tenga mayor capacidad y mejor prestaciones de toda la península”, agregó.
En la obra se contempla además, el edificio terminal con dos niveles superficiales y uno más en el sótano, la torre de control de tráfico aéreo, una terminal de combustibles, una zona de servicios aeroportuarios, una planta de manejo de residuos sólidos urbanos, una planta de almacenamiento de agua potable y una instalación para la aviación ejecutiva FBO.